Tomé al pequeño David entre mis brazos y solté un suspiro, sus llantos se hacían cada vez más fuertes y no eran para nada bonitos.De seguro los vecinos de Ian ya lo escucharon, ahora creerán que hay un bebé viviendo aquí.
Tomé su biberón y comencé a alimentarlo, el pequeño fue tranquilizándose hasta que pudo tomar el biberón entre sus manos.
Sonreí, el pequeño ya no es tan pequeño.
Meghan me mandó un mensaje pidiendo que le dijera cómo está su hijo, le respondí que bien y después no hubo respuesta.
David está a punto de cumplir un año y como era de esperarse, Meghan está tirando la casa por la ventana, literalmente.
Aún no le digo a nadie que Ian y yo estamos comprometidos ya que lo estuvimos pensamos bien y sería más formal hacerlo en una cena.
Subí a la habitación que comparto con Ian y recosté al pequeño, él terminó de comer y miró con una sonrisa.
—¿Quién es el niño más hermoso de todos?—pregunte con una sonrisa.
—Diría que yo pero no soy un niño.—habló James entrando a la habitación.
Sonreí y rodé los ojos.
—¿Donde está Ian?—pregunte.
—Si yo también estoy feliz de verte Emma—ironizó mientras se sentaba al lado de David, él le sonrió haciendo que James sonriera un poco— No sé dónde está lo siento.
Asentí levemente.
—¿Por que cuidas a David?—preguntó mientras lo tomaba entre sus brazos.
—Porqué Meghan está comprando lo necesario para su fiesta de un año.—respondí.
James me miró y soltó una risa.
¿Qué es tan divertido?
Me crucé de brazos y lo miré detenidamente.
—¿Qué?—pregunte.
—No, nada solo olvídalo.—dijo mientras se levantaba de la cama con el bebé en sus brazos.
No me moví de lugar y posición.
—No lo voy a olvidar James, dime.—pedí mientras me acercaba a él.
Él sonrió levemente.
—Solo me imaginé a ti y a mi con un bebé, eso es todo.—dijo encogiéndose de hombros para restarle importancia.
Sonreí levemente.
—Pues tenemos a un bebé aquí James, no tienes que imaginarlo.— dije mientras soltaba una risa.
James negó con la cabeza.
—Me refería a algo diferente—dijo seriamente haciendo que dejara de reír— solo olvídalo Emma.
POV RICHARD
Suspiré con brusquedad y rodé los ojos cuando escuché la puerta cerrarse.
—Lárgate.— le ordené.
El sonido de sus tacones era escandaloso y sabía a la perfección de quién se trataba solo con escucharlos.
—Deja de estar en ese humor Richard que yo no te hice nada.—escuché como se quejaba y se paraba frente a mí.
Abrí mis ojos y la miré con atención, siempre vestida como una zorra.