Capítulo 3 | Parte 1.

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Young And Beautiful: DH Orchestral Version - Lana Del Rey ♪

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Capítulo 3.

Después de terminar una curiosa y breve charla con el doctor Adrián Wayne Milán, me encontraba nuevamente junto a la mesa con mis compañeros.

—¡Pero cuéntanos! ¿¡Qué te dijo!? ¿¡De qué hablaron!? —me preguntó Gloria muy entusiasmada.

—No mucho, la verdad —mi tono era despreocupado—. Se limitó a ser muy educado y amable —le informé, siendo breve.

—¿¡Y ya!? Estuviste un buen rato con él, hasta que has venido...

—¿Usted quién se cree para preguntarle lo que ella hable o deje de hablar con el doctor Wayne Milán? Si no quiere contarlo, pues no le apetece —le comentó Damián en un tono arrogante.

—¿¡Qué!? ¡Es mi amiga! —chilló—. ¿Usted quién se cree para entrometerse en lo que quiero preguntarle o no? —le reclamó enojada. Lo estaba haciendo trizas con la mirada.

—Preguntar mucho es irritante... —Damián lo reflexionó al decirlo—. Además, usted es muy parlanchina.

—No porque sea mi superior en el internado le da derecho a...

—¿¡En serio!? —los interrumpí—. No sigan así —bufé—. Lo cierto es que abundaría más sobre el tema, pero solo fui a disculparme por el incidente del café, ya que le grité y le dije "tonto".

—¿¡Le gritaste y le dijiste "tonto" al doctor Wayne Milán!? —Damián me preguntó mucho más curioso y sorprendido.

—Hablando de parlanchines... —comentó Gloria al enarcar las cejas—. ¿No es así, doctor Del Valle?

Él nos miró con un poco de rubor cuando Gloria lo pilló muy interesado en lo que yo estaba diciendo.

—Sí, Damián —acepté y comencé a contarle el suceso—. Nos tropezamos cuando íbamos a entrar al edificio del hospital. Su café salpicó su camisa y mis nuevas Converse. Luego le dije "tonto" y se ofendió por el comentario. Además, él esperó que yo me disculpara por todo eso —suspiré con cierto rubor al recordar la determinación en sus ojos claros—. Me disculpé de una manera muy breve, pensando que haría lo mismo. Pero no fue así. Solo aceptó mi disculpa con mucha calma y siguió su camino.

—Entonces, ¿por qué tanto alboroto por eso? —me preguntó Damián, volviendo casi a la despreocupación.

—Porque cuando se dirigió hacia la puerta del hospital sin decir nada, me enfadé mucho más y le grité que no tenía educación.

—¿¡Qué!? —se sorprendió realmente—. Le gritaste y le dijiste "tonto" al hijo del director de internos y residentes —me informó seriamente. Luego comenzó a reír en carcajadas—. Esas situaciones solo les suceden a las principiantes como ustedes. Por tu cara, supongo que todo arreglado.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora