(+21) (Libro 1 & Libro 2) Alysha N. Doménech Losada, una brillante y aplicada estudiante de medicina que está a punto de comenzar su internado en medicina general. Su vida era tranquila, entre libros y anotaciones, con el novio que siempre había sid...
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Capítulo 14.
Casi todos en casa ya nos encontrábamos en nuestras respectivas habitaciones. Mis padres ya dormían y Jimmy andaba de parranda con sus amigos.
Estaba recostada sobre mi cama, mirando las pequeñas lucecitas que colgaban del techo, pensando en la locura que había cometido hacía unas horas atrás.
Adrián y yo nos besamos y no hice nada para detenerlo. No fui capaz de detener algo que me podría traer malas consecuencias.
«¿Por qué no hice nada para impedir esos besos? ¿Por qué le respondí como él quiso?»
Adrián esperaba que yo le respondiera de la misma manera que él lo hacía conmigo. Eso era inquietante, pero lo más inquietante era que jamás había reaccionado y correspondido con tanto fervor y pasión a un hombre.
Me sentía mal por las cosas que estaba sintiendo en cuanto a mis acciones con el doctor Adrián Wayne Milán, porque, en el fondo, me gustaba lo que él me hacía sentir. Y eso era algo dañino para mí y para Jesse.
«Tenía que acabar con esto, antes de que las situaciones entre Adrián y yo llegaran mucho más lejos. Quizá, el doctor Wayne Milán solo me atraía. Sí, eso es... Quizá, como todavía no había intimado con un hombre era fácil sentir cierta atracción por él».
Estaba decidida a dejar esa apasionada situación atrás y ser una buena chica con Jesse...
Había rebuscado entre las pertenecías de mi madre la tarjeta con la dirección exacta del consultorio del doctor Wayne Milán.
Tenía que hablar con él y decirle que esto tenía que parar. Jesse es su mejor amigo y yo era la novia. Estábamos creando un daño irreparable...
Me encontraba conduciendo mi linda carcacha de hojalata, mi HondaCivic del año 2002. Me dirigía hacia la ciudad capital, San Juan.
Al llegar, conduje con extrema precaución mientras observaba el GPS en mi teléfono. Buscaba una localización más exacta y certera.
—¿En serio, doctor Wayne? ¿Su consultorio no podía estar localizado en otro lugar que en éste? —comenté para mí misma, sin dejar de observar las calles con asombro.
«Nere, es un cirujano prestigioso. ¿Qué esperabas?»
Había leído que la mayoría de los sábados se dedicaba a trabajar en su consultorio independiente.
«Bien, este debe ser el lugar», fue lo que pensé mientras observé un ambientado y moderno edificio en la calle Ashford Avenue en Condado.
«¿Cómo es posible que un solo médico tenga este edificio para su propio ejercer? ¿Estaré haciendo lo correcto al haber venido aquí? Espero que él sea capaz de ofrecerme algunos minutos».
