Capítulo 22 | Parte 1.

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Capítulo 22.

El molestoso ruido continuaba torturando mi profunda paz

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El molestoso ruido continuaba torturando mi profunda paz.

«¿Por qué no se detenía de una jodida vez?».

Quería seguir durmiendo y no despertar nunca de la pequeña burbuja imaginaria.

«Bueno, tal vez no tan imaginaria».

Mientras el teléfono continuaba sonando, toqué mi cabeza, preguntándome qué hora sería. Apenas comenzaba a captar todo lo que había sucedido.

«Mierda».

Aún me encontraba en el cuarto de descanso de Adrián, en el mismo mueble donde habíamos hecho el amor.

Cuando tomé mi teléfono, el cual estaba sobre la pequeña mesita, me di cuenta de que era la molestosa alarma que siempre tenía programada para despertar. Eran las 5:00 de la mañana.

«¿Realmente, ya estaba amaneciendo?».

Miré a mi alrededor y me di cuenta de que nuestras ropas no estaban en el suelo, tampoco Adrián se encontraba.

Continuaba desnuda, cubriéndome con la pequeña y blanca manta que habíamos usado para acobijarnos. Me ruboricé un poco cuando noté que estaba manchada de sangre al igual que el mueble acolchado, donde se habían plasmado varias gotas.

Cuando miré nuevamente hacia la mesita, me fijé en que mi uniforme estaba perfectamente doblado y justo donde había estado mi teléfono al principio. Me levanté con pasos sigilosos y tomé las piezas.

Observé el reproductor de música que se encontraba apagado. Rocé mis dedos sobre el artefacto y sonreí levemente mientras volvía a atacarme el síndrome de las mariposas en el vientre. Todavía podía sentir los besos y las caricias de Adrián en toda mi piel y en cada rincón de mi cuerpo.

El teléfono sonó por la llegada de una nueva notificación. Era un mensaje de Adrián:

|Buenos días, jovencita.

Quizá en este momento continúe dormida, pero quería desearle que su mañana, su mediodía, y su noche, sean placenteras. Es cómo exactamente me sentí al despertar y verla entre mis brazos.

PD: Aunque me tentaba la idea de quedarme más tiempo a su lado, me necesitaban en el quirófano.|

Sonrío como una tonta mientras leo y releo una y otra vez el mensaje.

«¿Por qué me costaba aceptar todo esto? ¿Por qué me costaba aceptar algo que ignoraba constantemente?».

Adrián Wayne Milán me gusta y no puedo evitar que eso suceda...

🔹

Después de haberme duchado, arreglado, y cepillado los dientes en el pequeño baño del cuarto de descanso, me encontraba con mi mochila en el pasillo del piso de cirugía esperando el ascensor.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora