Capítulo 37 | Parte 1.

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Capítulo 37

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Capítulo 37.

🪶

Miraba el cielo lleno de estrellas. El ambiente nocturno brindaba un espectáculo natural. Estaba recostada sobre la suave hierba del jardín que se ubicaba al final de la terraza de mi hogar, admirando la noche y esperándolo.

Comencé a inquietarme, ya que se estaba tardando demasiado. Mi desespero y mi intranquilidad comenzaron a reflejarse en mi rostro al mirar la casa del vecino desde mi lugar. El escandaloso ruido de la música no ayudaba a que pudiera serenarme mientras seguía esperando.

«¿Por qué se estaba tardando tanto?».

Prometió que nos encontraríamos, como siempre lo había hecho. Era nuestro lugar favorito para encontrarnos y conversar cómodamente en privado. Siempre esperaba a que cruzara el área posterior de la casa del vecino y apareciera detrás del jardín de la terraza de mi hogar.

La música escandalosa de la casa vecina me estaba poniendo los vellos de punta. Sin embargo, sabía que no era lo único que me tenía así. Sabía que también era por los constantes gritos del bullicio mientras los escuchaba tomar y reír. También intuía que la terraza del vecino la usaban de motel.

Tragué hondo, porque no entendía cómo podía soportar y saber que Jesse era la razón principal de la fiesta escandalosa y aun así creer que en algún momento se fijaría en mí.

Estaba a punto de recoger la pequeña manta que se extendía sobre la suave hierba, pero escuché los arbustos moverse. Las hojas realizaban su meticuloso sonido de miedo en altas horas de la madrugada.

«Mierda, no sé por qué volví a pedírselo y accedí a encontrarnos aquí. Esto ya se volvía costumbre y no quería».

Un ruido más cercano y crujiente entre las hojas me sobresaltó por la repentina aparición de él. Lo miré asustada, pero rápidamente el desespero y la intranquilidad que cargaba hacía bastante rato, iban disminuyendo en mi cuerpo al ver su rostro.

—¿No habrás pensado que no vendría? —preguntó con evidente sorpresa.

Aún en la oscuridad de la noche llena de estrellas, reconocía cada expresión de esos ojos claros. Denotaban intranquilidad al verme recogiendo la manta que se extendía sobre el suelo verdoso.

—¡Me asustaste!

—Lo siento, me he retrasado un poco —traía un pequeño libro y parecía algo nervioso. Él se dio cuenta de que lo notaba.

—¿Qué ocurre? —me acerqué más a él.

Por alguna razón que desconocía y no entendía, mi cuerpo reaccionaba tembloroso y ansioso.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora