Capítulo 61 | Parte 2.

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Capítulo 61

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Capítulo 61.

Al tomar el ascensor junto a Adrián, trago saliva. Intento mantener la distancia mientras nos dirigimos hacia el octavo piso de éste hospital.

Lo miro a los ojos desde el otro lado del ascensor mientras descendíamos en el mismo. Él se encontraba apoyado sobre la pared con naturalidad. Sus fibrosos brazos estaban cruzados y no apartaba su mirada de la mía.

— ¿Cómo es que puedes afirmar que hoy mismo te has convertido en el director de cirugía general? — Decido aminorar la fuerte tensión sexual entre ambos.

Me sonríe inteligentemente, pero se limita a responder.

— En el pasado, ya había discutido esto con el Doctor Jaime Bachéeles. De hecho, tuvimos muchas reuniones al respecto. Habíamos llegado al acuerdo de que él estipularía en el contrato laboral que me concierne con éste hospital, que cuando yo terminara de realizar mi sub-especialidad, adjudicaría una fecha cercana en la que estuviera apto para ejercer dicho cargo.

— Surge la casualidad de que ese día es hoy. — Prosigue de manera eficiente. Se muestra seguro ante ésta situación de jefe-estudiante. — Siempre he sido sincero contigo en cuánto a esto. — Suspira tranquilamente y se encoge de hombros desde su posición. — Cuando te dije que en unos meses más sería el director del departamento de cirugía, no mentía. Me refería a que se publicaría de manera oficial en unos cuántos meses, Aly.

— O sea qué, ¿se supone que aún yo no lo tenía que saber?

— Exacto. — Acepta. — Se supone que tenías que saberlo en su momento, junto con las masas de éste hospital y con el dominio público de las revistas médicas.

— Entiendo.

— ¿Sí? — Achica los ojos por unos segundos. Se muestra bastante curioso ante mi afirmación.

— Sí, ¿cómo no voy a comprender dicha situación? No me molesta, Andy. — Niego con una sonrisa irónica. — Es lo que sucede cuándo explicas y yo escucho. — Me encojo de hombros desde mi posición. Bromeo con un sarcasmo realista. — Los problemas mentales podrían disolverse de tu mentecita tan especial si cooperas, como lo estás haciendo justamente en éste momento.

— Aunque no lo creas, siempre intento cooperar. — Confiesa tranquilamente mientras lo reflexiona con cierta comprensión. — Creo que desde que te conozco, puedo ser bastante flexible y comprensivo conmigo mismo en cuánto a mi mal genio. — Frunce el ceño al asentir, mirándome a los ojos.

— Sólo a veces, Ojitos Bonitos.

— ¿A qué te refieres? — Pregunta con evidente curiosidad.

— Todavía hay muchísimas cosas que intento comprender de ti. Por ejemplo, el hecho de que detestes hablar de...

— La mujer que me dio la vida. — Me interrumpe deliberadamente. — Lo sé. — Mira hacia otra dirección. Intenta esquivar mi mirada con su ceño fruncido. Quiere intentar demostrarme que no le afecta, pero no logra convencerme. — Dicen que cada ser cosecha lo que siembra, ¿no?

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora