Capítulo 10 | Parte 2.

44.6K 3.2K 1.4K
                                    

Capítulo 10

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 10.

No podía negarlo, haber estado acompañada de Kenneth me estaba ayudando con la repentina distancia que tenía con Adrián. Lo gracioso de mi situación con mi escandaloso amigo era que, verdaderamente, me invitó a comer un postre de limón luego de terminar nuestras respectivas rondas. Fuimos a la cafetería y él pidió por ambos un postre de limón con galletas María. La verdad era que estaba delicioso, aunque él lo tomara como un chiste interno para ambos.

—Está riquísimo, en serio —afirmé al asentir con una sonrisa irónica y a la vez de satisfacción.

Estábamos en una mesa que se ubicaba en el centro de la cafetería, y ya que era un poco tarde, el ambiente a nuestro alrededor estaba pacífico.

— No más delicioso que el postre sumamente personal que te estás comiendo. — Enarca las cejas de manera exagerada y se mete la cuchara a la boca con diversión. Bajé un poco la cabeza, ruborizada y sonrojada. — Por Dios, nena... Mírate. — Yo sonrío ante su indiscreción. — Ya puedo ver lo enamorada que estás.

—¿Tanto se nota? —sentía mis mejillas calientes.

Por más que intentaba disimular la patética expresión en mi rostro, no estaba funcionando.

— La verdad es que si no me lo hubieses dicho, seguiría ajeno al tema. — Los ojos de mi compañero se tornan más compasivos. — Me alegra que hayas contado conmigo para confesarlo, reina.

—De todas maneras, no importa —mi voz se fue apagando. Solté la cuchara y coloqué ambas manos sobre la mesa al suspirar con cierta frustración—. Sentí este momento de debilidad y quería decirle a alguien de confianza, porque sino juro que explotaría.

— Mi reina, eso es normal cuando te enamoras. Y más si lo amas. — Colocó una de sus manos sobre las mías, para apacigüar la conversación. — ¿Por qué no se lo dices? — Preguntó con evidente preocupación y curiosidad. — Digo, por cómo te mira, y por lo que hasta el momento mis ojos y oídos biónicos conocen, ése hombre se muere por tus huesos.

— No de esa forma, no en la cuestión sentimental, Kenneth. — Le confesé. — Sé que él me quiere, y que siente un gran cariño por mi. Y estoy suponiendo que eso se debe a que tenemos en común un pasado en la infancia. — Me encogí de hombros. — No la pasó muy bien en aquel entonces, pero yo estuve presente de cierta manera. Siempre hubo ese extraño y complejo cariño entre ambos, aunque ya eso fue otra cosa. — Miré a mi compañero directamente a los ojos ahora que me había sincerado bastante. — La cuestión es que pienso que la razón por la que se lleva muy bien conmigo en el sexo es por eso, porque siente confianza y me conoce desde siempre. — Kenneth me escuchaba atentamente, y sé que lo estaba comprendiendo. — Además, es un hombre bastante complicado. Y cuando digo "complicado," me refiero a que él es la personificación exacta de esa palabra.

— Uf, tanta belleza y sensualidad no podían ser tan perfectas en un sólo hombre. — Asumió, como si fuera la cosa más seria del mundo. En ese instante, Gloria toma asiento junto a nosotros. Parecía disgustada y bastante enojada.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora