No soy la típica chica (U.D.S.#1)

"Sus perfectos labios."

Soundtrack ~ Shower ~ Becky G

Capítulo 23: "Sus perfectos labios."

Muevo nuestros labios al compás, la intensidad que existe en el beso es inexplicable. No podría describir todo lo que siento en ese momento. Una mezcla asombrosa de emociones me envuelve al igual que lo hace su boca sobre la mía y no sabría decir que sentimiento es mejor. Mis manos no se podían estar quietas y no paraba de brindarle caricias en la nuca. Sentir sus labios envía fuertes descargas eléctricas a través de todo mi cuerpo.

Fue como si hubiéramos estado, desde siempre, destinado a estar juntos. Sus perfectos labios encajaban perfectamente con los míos, como dos piezas de un puzzle que por fin encontraban su pareja. Habíamos estado esperando durante mucho tiempo este beso y ahora que lo conseguimos no sé decir con palabras exactas todo lo que había deseado ese contacto, simplemente no se puede describir.

Es físicamente imposible.

En este momento mi estómago es una maldita fiesta en la que todo el mundo está invitado. Y mi corazón, pobre de mi corazón. Temo horriblemente que se salga de mi pecho pero tengo aun más pánico de que el maravilloso chico a mi lado lo escuche. Aunque no sé cuál de los dos corazones se puede oír mejor.

Nos separamos por falta de aire, mantengo mis ojos cerrados, las pestañas rozan mis pómulos. Ahora están más ardientes de lo que alguna vez lo creí posible. Tenía miedo de que se enfadara, es la primera persona que sabe realmente que mi hermano existe y me aterra la idea de que enfade conmigo por haberle ocultado algo tan importante.

Una mano se coloca en mi mejilla, cedo ante el tacto de su piel e inclino mi cabeza reclamando más caricias así. Con sus dedos traza el contorno de mis labios, puedo escuchar su respiración entrecortada por el increíble y esperado beso y eso me saca una sonrisa. Guardo cualquier sentimiento de terror para mí misma y me atrevo, por fin, a abrir los ojos. Puedo prometer que no había visto una imagen más bonita en mi vida.

Sus ojos observan los míos con un brillo especial. Sus mejillas están sonrojadas, ni siquiera imagino como podrían estar las mías, sin embargo, ver su sonrojo me pareció adorable. Me pareció algo tan agradable que deseaba volver a besarle para seguir viéndolo de esa forma, tan vulnerable por mí.

Y luego están sus labios, hinchados y sin que pueda llegar a extrañarme. Hemos compartido un beso en el que se podía sentir toda la necesidad que poseíamos estos días, todo lo que habíamos deseado, ese contacto, lo habíamos dejado claro en el beso. Y nada me ha gustado más que eso.

Debo decir que la noche que pase en casa de Dylan me encantó. Aunque todavía recuerdo como gritó angustiado a altas horas de la madrugada. Ni siquiera me lo pensé dos veces cuando corrí hasta su habitación y me arrodillé junto a él para hacerle caricias en la nuca, hasta que se durmió sobre mi regazo y yo pude dormir con él, aunque solo fuera para cerrar los ojos y sentir como su respiración se ralentizaba.

Admito que me asusté como la mierda, no sabía que hacer y, a pesar de que quería con todas mis fuerzas que me contara lo que le sucedía, sabía que no debía presionarle. Quería que me contara lo que le pasaba por decisión propia y no porque se sentía obligado. Deseaba que tuviera tanta confianza en mí como para contármelo por su cuenta.

En lugar de eso lo abracé, me lo había pedido y escuchar su voz tan aterrorizada me partió el corazón. No dudé ni por un momento cuando me rogó quedarme a dormir en su cama por lo que quedaba de noche.

Puedo asegurar que al principio fue un poco incómodo, sentir su pecho desnudo contra el mío me ruborizó de manera inmediata pero por suerte él no lo notó. Se durmió poco después, a cambio de mí, que no pude dormir en toda la noche más no me importó.