No soy la típica chica (U.D.S.#1)

"Explícate."

Soundtrack ~ One Call Away ~ Charlie Puth

Capítulo 8: "Explícate."

 En dos días estaré grabando a Dylan con el pelo rosa y el cuerpo pintado de verde mientras le cuento las miles de razones por las que no debe meterse conmigo. Tiene que aprenderlo desde ya si no quiere que me enfade aún más.

Ya preparada para irme, bajo las escaleras y el dulce olor a tortitas inunda mis fosas nasales sabiendo que con chocolate será la mejor mezcla hecha por el ser humano. La puerta de la cocina estaba abierta, me permite ver como mi hermano termina de prepararlos.

El problema viene cuando voy a a coger mi plato. Thiago coloca una mano para proteger inútilmente el desayuno, sus ojos me miran acusadores mientras me siento. Formo una mueca en mi rostro al ver que sigue igual que antes.

— No vas a comer hasta que me cuentes de una vez la broma que le vas a hacer a Dylan — la acusación de Thiago provoca una sonrisa en mi rostro, sacudo mi cabeza de izquierda a derecha, negando.

— No — respondo segura. Por más que él quisiera no deseaba por nada del mundo decírselo. ¿Quién me asegura a mí que no se lo contará cuando llegue al instituto?

— De acuerdo — alzo una ceja viendo lo extrañamente rápido que ha dejado el tema de lado —, más desayuno para mí, entonces — espeta, su tenedor se hunde en la blanda masa de dulce. El olor suave llena mi organismo como un recordatorio de lo que sucede.

Thiago adentra un trozo del desayuno en su boca. Siento como la mía se convierte en agua al querer conocer como puede saber ese bocado. Sus ojos me observan intrigados, le dirijo una mirada envenenada antes de dejar caer mis brazos a ambos costados de mi cuerpo en señal de rendición.

Agh.

— Vale — su sonrisa triunfadora tensa mi mandíbula como acto reflejo —, pero dame mi desayuno — indignada, respondo.

Sonríe con autosuficiencia y, seguido de eso, me pasa una taza de chocolate caliente y mi plato. Me meto un trozo a la boca pensando en lo buen cocinero que se ha convertido mi hermano en nuestra ausencia.

La mirada molesta que me dedica me advierte de contar lo que tengo pensado. Sus ojos no demuestran la amabilidad de siempre lo que me provoca soltar un suave suspiro obligándome a escupir todo por mi boca.

Dejo el cubierto en el plato, agacho la mirada viendo como mi dulce desayuno no puede ser comido todavía. Vuelvo mi vista contemplando como Thiago me apremia que lo cuente, ruedo los ojos ante su desesperación.

— Solo te puedo decir que, a lo mejor, algún día puede aparecer por tu clase un chico que se ha convertido en Hulk con pelo rosa por arte de magia — la sonrisa angelical alzando mis pómulos.

Suelta una carcajada, sus ojos cerrándose ante la sonrisa de boca abierta que aparece en su rostro. Sus ojos azules como una tormenta eléctrica, se coloca serio. La sonrisa ladeada aún se conserva en su rostro dando inicio al pequeño interrogatorio.

— ¿Cuándo?

— Viernes — otro mordisco se adentra en mi boca.

— ¿Dónde?

— El vestuario de los deportistas.