Abismo

Capítulo 18

—¿Segura que no vienes?— pregunta Ángela una vez más.

Niego por tercera vez.

—Pues, te espero en clases. No te tardes.

Asiento.

Estaba bastante enganchada con un libro de romance que encontré en la biblioteca. Lo leo aquí porque sé que en la casa no tendría tiempo para hacerlo por las tareas y eso. Olivia (la bibliotecaria) ha insistido un par de veces para que lo lleve pero mi respuesta era un no las reiteradas veces que me lo proponía. Tampoco podía comprarme el libro, lo vi en un local y cuando entré a preguntar lo que me llevé fue una desilusión. Entonces no puedo ahorrar para comprarlo porque mis ahorros son única y exclusivamente para un celular.

Dejo el libro abierto sobre la mesa, no podía llevarme del gusto, vine aquí a hacer una tarea de Ciencias y aún no buscaba el libro. Camino por la sección D, donde se encuentran dichos libros, recorro la estantería con la mirada con esperanzas de encontrar un libro de tapa roja como indicó la maestra Rebeca. El libro se encontraba en lo último de la estantería, busco la escalera y la apoyo del estante, subo los peldaños con miedo a caerme. Apreto bien la estantería con las manos para así no perder el equilibrio.

—Te ibas a lanzar de un puente, no deberías tenerle miedo a eso.

Casi me tambaleo al escuchar eso, me giro tan rápido que la escalera se mueve de forma brusca, tirándome. El grito que he soltado ha de haberse escuchado en media Universidad. Aprieto los ojos fuertemente esperando el golpe, pero en vez de sentir el duro piso,siento unos brazos rodearme. Abro los ojos lentamente tratando de ver mi salvador, me encuentro con unos ojos marrones algo llamativos, era un chico, sonreía de lado con diversión. Me deja en el piso cuando ve como se lo pido con la mirada. Lo pude ver mejor, era alto, tenía el Cabello rubio peinado hacia atrás.

Él era mi salvador, claro está, me salvó de esa horrorosa caída, pero había una pregunta no furmalada aún ¿también fue el culpable de mí caída? ¿fue él quién dijo eso?

—¿Tú... Tú... Co... Cómo sabes... Lo del... Pu... Puente?— me quiero golpear con la estantería al tartamudear.

—¿De qué me hablas?— pregunta confundido.

—De lo que dijiste, lo del puente, dijiste algo como: "te ibas a lanzar de un puente, no debería darte miedo eso"— le recuerdo.

—Si, yo lo dije— asegura.

—¿Co... Cómo sabes eso? — pregunto al borde de un ataque.

Daniel no pudo decírselo ¿o si? No, él es mi amigo y nunca en la vida me haría algo parecido.

—Will es mi amigo, lo conozco y una vez haciendo una de sus extrañas aventuras quería lanzarse de un puente, ahora pretende escalar una montaña pero le da miedo, venía hablando con él y te vi allá arriba y pensé que necesitarías ayuda.

De repente me siento tan estúpida. Estoy tan histérica que me da tanto miedo; tengo que admitir que me pegué un gran susto. El alma me vuelve al cuerpo.

—¿Tú por qué te pusiste así?— pregunta alzando una ceja.

—Tengo una amiga que se iba a lanzar de un puente y pensé que su secreto había salido al descubierto. Si ella se enterara de eso me cortaría la cabeza.

Asiente no muy convencido.

—¿No me vas a dar las gracias por salvarte de tremenda caída-— pregunta con una sonrisa.

—Ah... Esto... Gracias— digo de forma apresurada.

—¿No quieres que te ayude con el libro?