Capítulo 30

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Esquivo la bola la cual Nicole había lanzado con furia en mí dirección, llevaba ratos lanzando la bola con fuerza con la intención de golpearme el rostro. La maestra de física no estaba viendo ya que estaba pendiente a su cuaderno de apuntes.

Bufo, irritada. Ya me estaba cansando.

Presto total atención a la bola la cual tiene en sus manos, me mira fijamente, su intención nuevamente era mandar la bola directo a mí rostro, de algo estaba totalmente segura y era de que su intención no se iba a dar. Golpea la bola con fuerza, espero a que esté lo suficientemente cerca de mí y le devuelvo el golpe, al parecer ella no se lo esperaba porque abre los ojos con sorpresa.

—Maestra.

Y eso fue lo último que puedo chillar antes de que la bola impactara contra su cara, cayó al piso, casi quiero reír cuando la bola rebota en su rostro. Un grupito de personas se acercan rápidamente al cuerpo que yace en el suelo sin moverse, yo simplemente me quedo parada cruzada de brazos en mí lugar, todos me miran como que soy la culpable de que ahora ella no pueda moverse; claro, solo ven lo que hice yo, pero no ven que ella desde hace rato estaba por hacer lo mismo conmigo.

—Dawson— me llama la maestra con esa voz tan dura de ella.

Me acerco con rapidez.

—Le juro que no fue con intención— me apresuro a decir.

Si, fue con intención y me alegro de que ahora se encuentre tirada en el suelo inconsciente, no debería de despertar y quedarse ahí.

La profesora me observa con intriga, tratando de descifrar algo en mi mirada. Le sostengo la mirada para que así todo sea más creíble.

—Está bien, puede ir a vestirse.

Le regalo una sonrisa a la maestra y junta con algunas compañeras me voy a los vestidores de las chicas, no sin antes darle una examinada a Nicole, la cual seguía en el suelo (Como dramática al fin) pero esta vez tenía los ojos abiertos y pestañeaba de manera consecutiva, las únicas que seguían a su lado eran su grupo de fans frustradas. Las miradas de las chicas en los vestidores me empiezan a intimidar, me miran como que acabo de asesinar a alguien, vamos, solo fue un pelotazo, ni que le haya lanzado una piedra.

Entro a la ducha con mi toalla para quitarme el sudor de encima, puedo escuchar los cuchicheos desde fuera acusándome de haberle "casi arrancado la cabeza" a la fresa esa. Ruedo los ojos sin poder evitarlo; estaba claro que en Harvard había un alto prejuicio, las personas a parte de ignorantes eran prejuiciosas, una combinación algo fuerte, en conclusión.

Intento relajar mi mente bajo el agua como solía hacerlo, pero no me funciona. No estaba en el departamento donde solo se respiraba paz y tranquilidad por todos lados. Cierro el grifo y me empiezo a vestir dentro, no era como las demás chicas que se vestían delante de las otras, no me gustaba andar mostrando mi cuerpo, moriría de vergüenza.

Cuando acabo salgo fuera con la ropa sudada en manos y la toalla colgada en el hombro. Voy a salir de la ducha pero un cuerpo se me interpone en el medio, miro a Nicole sin gracia, dándole a entender que no estaba de ánimos para montar una escena justo aquí.

—Permiso— le digo para que se quite del medio, pero no lo hace, al contrario, me muestra una sonrisa retadora— Permiso— vuelvo a repetir, esta vez más alto.

La empujo cuando veo sus intenciones de no quitarse del medio, me toma del brazo con rudeza, forcejeo con ella pero no me suelta, su grupito de amigas le hacen señas a las demás para que salgan fuera de los vestidores, miro todo confundida, esto no me está gustando para nada. Dejo la ropa sobre la banca y enfrento a Nicole. Me mira con diversión, Como si yo le diera algún tipo de gracia, mi muñeca ya me empieza a doler pero ella no me suelta.

AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora