Capítulo 28

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Camino en silencio por los pasillos desolados de Harvard, estaba claro que iba tarde a la clase del señor Peyton (alias barriga verde) demasiado tarde supongo, nos levantamos algo tarde esta mañana Dan y yo, fuimos al departamento para cambiarnos de ropa, en el transcurso del camino nos tomó lo tarde.

Entro a la clase consciente de que me llevaría una reprimenda enorme de parte del amargado, así que no me sorprendió cuando me miró por encima de esos lentes fondo de botella que solía usar, los estudiantes metiches me miran como si fuera una pecadora por llegar tarde a la clase de Química, ya, ni que hubiese asesinado a alguien.

—¿Justificación de su enorme retraso, Dawson?

¿Justificación? vale, no me esperaba esto, pensé que inmediatamente entrara me echaría del salón. ¿Que le diría?

—Eh... Pues, yo...

—Veo que no tiene una mentira lo suficientemente buena que me pueda creer.

—No iba a mentir.

Sonríe con esa sonrisa hipócrita tan típica de él, luego se levanta de su asiento para acercarse a mí con cierto sigilo, me examina concienzudamente sin dejar su sonrisa, en ocasiones me da hasta miedo.

—Esta se la dejaré pasar porque reconozco que usted es una muy buena estudiante y es la primera vez que le pasa esto, pero ojo, no habrá una segunda vez.

—Gracias señor Peyton.

Me voy a mi asiento satisfecha y un poco contenta, aunque sé que la reprimenda por parte de Peyton venía ya que no pude terminar la clase, ayer se me pasó por completo que Química tocaba a primera hora y a última. La clase inició, el maestro comenzó a pedir los apuntes de cada uno, pasando mesa por mesa con su habitual sonrisa. Cuando se detuvo frente a la mía me mantuve con la cabeza abajo.

—¿Se la puedo entregar a última hora?— me apresuro en decir.

Escucho un suspiro de su parte.

—¿Qué pasó con su tarea, Dawson?

Trago fuertemente para poder hablar sin tartamudear.

—No la pude hacer, pasé todo el fin de semana enferma, ni siquiera pude salir de la cama. 

—¿Que le pasaba?

—Creo que fue un resfriado.

—Van dos excusas en lo que va de la mañana— mira su reloj— Quiero ver su tarea a última hora.

—Se lo prometo, señor Peyton.

                         

—No está bien que hagas ese tipo de cosas, Natalia, te recuerdo que somos becadas. Las cosas aquí para nosotras son distintas, debemos de cumplir con cada regla— dice Ángela dándole un sorbo a su zumo de limón.

—Lo sé, Ángela. Pero no fue mi
culpa— afirmo rodando los ojos.

—No puedes volver a cometer faltas como estas si no quieres despedirte de Harvard.

Vuelvo a rodar los ojos por segunda vez.

—Te dejo, tengo que buscar a Daniel, prometió ayudarme con la clase de Química— digo tomando mi mochila y levantándome de la silla.

—Yo también tengo algo que hacer— dice copiando mi gesto.

Si, quizás verse con Jackson a escondidas como lo ha estado haciendo estos último días o quien sabe por cuanto tiempo.

Me voy directo al patio suponiendo que ahí debe de estar. Veo a algunos de los chicos entrenando u otros solo bromeando, me acerco a Bryan cuando lo veo trotando.

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