Capítulo 22.

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Tomo asiento en las gradas con Ángela a mí lado. Ya era viernes y tenía un compromiso importante con Daniel, verlo desde las gradas mientras competía contra Yale. El partido aún no empezaba, se podía ver a las animadoras "calentando" (aunque en realidad era una sucia forma de llamar la atención de los expectantes masculinos) con sus mini conjuntos a juego, Nicole llevaba el rostro cubierto de maquillaje, tanto que se parecía al Guasón, debe empezar a tomar tutoriales definitivamente, y no estoy exagerando con lo del maquillaje, tengo razón porque una chica tres asientos después de mí la está mirando con asco mientras susurra con sus amigas.

Las luces de las gradas disminuyeron un poco, las personas empezaron a tomar asiento, las animadoras tomaron sus respectivos lugares, se escuchó una música de fondo. Presto atención al patio, los chicos ya estaban por salir. Sonrío cuando veo a Daniel salir seguido del entrenador con su típica sonrisa de lado y su casco en manos, habla algo con el entrenador, se coloca el casco y toma su lugar en el patio. El otro equipo también estaba en el patio, tengo entendido que se llaman Bulldogs, el uniforme del equipo era azul y blanco, mientras que el de Crimson (el equipo de Harvard) era rojo carmesí. Ambas mascotas de los equipos se encontraban en el estadio, John Harvard (en honor a su creador por lo que investigué) y Handsome Dan.

—No sé que le encuentras a ese deporte— comenta Ángela a mí lado.

La miro con una ceja alzada.

—Es genial. Tú prefieres voleibol, yo lo encuentro aburrido.

—No es aburrido. Este deporte es el mas duro y tosco— dice señalando al patio justo cuando derribaron a un chico.

—Te equivocas— suelto una risa— el ciclismo es el deporte más duro del mundo.

Rueda los ojos y se acomoda en su sitio, sonrío al dejarla sin palabras y me concentro nuevamente en el partido. Yale iba ganando por tres puntos, uno no cuenta porque cometieron una falta pero hicieron juego sucio y pasó como punto. Miro de reojo a Ángela a la cuál se le ilumina la pantalla anunciando que tenía un mensaje nuevo. La curiosidad me mata al ver su sonrisa de lado y tengo que girar mi rostro con disimulo para ver la pantalla. 'Jack' leo. ¿Jackson?

Clava su mirada en mi y aparta el teléfono de mi vista. La observo con una ceja alzada.

—Eh... Tengo que... Ir a... La biblioteca- habla entrecortado y rápido.

—¿Qué tienes con Jackson, Ángela?— voy al grano.

Me mira con los ojos abiertos como platos.

—¿A qué te refieres— traga fuerte.

—A que últimamente no te está molestando con lo de becada, a que te mira de una manera un poco distinta y tú a él, a tus repentinas salidas y al mensaje que te acaba de llegar ahora que lleva su mote.

Pestañea un par de veces, abre la boca con intenciones de hablar, pero en vez de eso se queda mirando el campo. Aquí hay algo, nadie me engaña porque no soy estúpida, además no estoy estudiando psicología por nada, estoy tomando el sentido de una psicóloga.

—Estás mal, aquí no hay nada extraño. Jack es un primo, además checando la hora he recordado que quedé con Olivia para ayudarla con unas cosas; vuelvo en seguida.

Se levanta de su asiento como un rayo y se va casi corriendo hacia la salida. Me levanto de mí lugar con la misma rapidez con la intención de seguirla. Empujo las puertas del estadio hacia fuera, corro hacia la entrada de la universidad; tengo que esconderme detrás de una columna porque ella ha girado el rostro. Me quedo desde un punto observando como sube las escaleras de la biblioteca con rapidez, alguien desde dentro le abre las puertas, ¿y si en verdad es Olivia? Es la única que tiene las llaves de la biblioteca, aparte de los conserjes y el director. Me acerco a las escaleras con pasos lentos, la puerta la cerraron provocando que diera un respingo, miro por la mirilla tratando de ver algo, escuchaba pequeños susurros, luego risas continúas. Tiento la cerradura de la puerta para girarla pero llevaba el seguro puesto. Vuelvo a mirar por el pequeño hoyo, esta vez si alcanzo a ver a Ángela sobre una de las mesas, luego Jackson sentándose a su lado con dos bolsas de patatas fritas. Casi me voy hacia atrás cuando lo veo.

AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora