—Mi mamá quiere que vengas a casa a comer, le he hablado unas cosas de ti y ya quiere conocerte— cuenta Ángela con gracia.
Sonrío.
—No ¡que vergüenza!
—¿¡Qué!? No debe darte vergüenza, recuerda que mi familia no es de esas ricachonas súper refinadas.
Río.
—¿Vendrás?
—Está bien. Hoy podemos ir, no trabajo hasta el lunes que regrese Carmen.
—Perfecto, ya le aviso a mi mamá.
Se levanta de la mesa con felicidad, saca su celular del bolsillo y tras marcar el número de su madre sale del comedor dejándome sola. Resoplo y saco una libreta. Empiezo a hacer garabatos en la parte trasera de esta para matar el tiempo. Frunzo el ceño cuando Nicole y su grupito se sientan en mí misma mesa. Todas se ríen mientras hablan al mismo tiempo.
—Hola Natalia, ¿cómo estás?— saluda Nicole con una enorme sonrisa.
La miro unos instantes, luego miro a sus amigas.
—¿Por qué se sientan justo aquí?
—Sólo queremos ser amistosas. No somos las perras que todos piensan.
Sus amigas asienten.
No. No son las perras que todos piensan, son más perras de lo que todos piensan. Bajo la vista y sigo haciendo garabatos en mi libreta.
—¿Qué haces?— pregunta su irritante voz.
—Dibujar— respondo.
—Eso parecen garabatos.
Evito rodar los ojos. Todo consiste en respirar hondo y relajar mi mente.
—Mi papá me dio otra tarjeta de crédito— presume Nicole— Aparte el día de mí cumpleaños me tiene una sorpresa preparada, lo escuché conversando con mamá anoche sobre el asunto.
Sus amigas empiezan a adorarla como si fuera una clase de diosa. Huecas. Todo lo hace con tal motivo, llamar la atención y presumir lo que tiene, estúpida superficial.
—¿Y tú Natalia? ¿no tienes nada que contar? ¿tus padres no te dan sorpresas?
Apoyo el lápiz muy fuerte sobre la libreta, lo hacía para joderme; le hubiese dejado claro que mis padres fallecieron en un incendio, no era del todo real, pero es como si no existieran. Hice oídos sordos a su pregunta. La miro mal cuando me arranca la libreta provocando que le hiciera un fuerte rayón.
—Me gusta que me presten atención cuando hablo. Te hice una pregunta ¿por qué no respondes?
—Devuélveme mi libreta, por favor.
—No hasta que me respondas ¿o no quieres hablar de tus papitos? ¿tienes una historia fea?— se burla.
Sus amigas rien a coro. Me levanto de la mesa para tratar de arrebatarle mi libreta, pero me fue imposible.
—Cierto, están muertos. ¡Ups! Sorry Natalia.
Mis ojos se humedecen. No llores delante de esta, eso es lo que quiere, no lo puede conseguir, todo es mental.
—Devuélveme mi libreta— esta vez lo digo despacio, remarcando cada letra.
—No.
Se levanta de la mesa y sale corriendo del comedor. !Mierda¡ salgo detrás de ella. Justo en ese momento Daniel viene caminando por el pasillo, ella aprovecha eso y suelta un chillido, corre y se esconde detrás de él.
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Abismo
Teen Fiction"Un Aplauso A Los Ángeles Caídos" ©Todos los derechos reservados. Espectacular Portada Hecha Por: @Duxncs