Capítulo 34

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Daniel

Era extraño despertar con Natalia en mi cama, sumamente extraño. De ser esa chica que conocí aquella noche lluviosa en ese puente a punto de suicidarse pasó a ser alguien realmente especial para mí, aunque ella no lo crea si tengo emociones extrañas hacia ella, bastantes para ser sincero.

Giro el rostro para poder admirar su espalda desnuda, está boca abajo en la cama, con el cabello cubriéndole el rostro, me tomo el atrevimiento de hacerlo a un lado para poder observar su rostro. Me parece la chica mas linda cuando duerme, su boca ligeramente abierta de una forma tan provocativa, sus pómulos se tornan algo rojizos. Es hermoso ver lo bella que es siendo natural, no utiliza maquillaje ni nada y aún así es hermosa, creo que eso es lo que mas me gusta de ella.

Dejo de mirarla para posar mi mirada en el techo, aún no creo haber tenido sexo salvaje anoche con ella, nunca imaginé que tendría sexo de ningún tipo con Natalia, todo se salió de control sin duda. Me molestó mucho lo que dijo anoche, eso de que la veo como a una mas, de que le digo a todas lo mismo, en realidad nunca había tratado a otra chica igual que como la trato a ella, ni siquiera le hubiese echo el amor a nadie nunca en mi vida y a ella si y fue lo mejor sin duda, escucharla susurrar mi nombre en silencio o entre los gemidos fue magnífico, aunque ella no se daba cuenta por lo excitada que estaba.

Vuelvo a mirarla y sonrío cuando la encuentro muy concentrada estudiando mi perfil.

—Buenos días bella durmiente.

—Buenos días— responde sonrojada.

Sus ojos se abren con espanto, me asusto de inmediato. Se lleva las manos a la boca, se quita las sábanas rápidamente del cuerpo y corre directamente al baño, me detengo a admirar su cuerpo con picardía mientras corre, escondo su ropa rápidamente debajo de la almohada porque sé lo que se viene después. Voy corriendo al baño para sostener su pelo y cuidar de que no se ensucie con los vómitos.

—Eso te pasa por beber tanto— digo con una mueca.

Se sostiene el estómago con fuerza mientras expulsa todo ese líquido que se bebió la noche anterior, cuando termina la ayudo a ponerse de pie, va hacia el lavabo y se lava la boca y la cara, luego se seca con una de las toallas. Me mira roja de vergüenza al darse cuenta que está desnuda frente a mí, aún no sé como le puede dar vergüenza, me río mientras la observo salir corriendo del baño, hago lo mismo. La veo desesperada buscar su ropa, la miro con diversión desde el umbral de la puerta del baño.

—¿Dónde está mi ropa, Daniel?— pregunta tomando las sábanas y cubriéndose.

—No sé.

Me aviento a la cama, ella mira mi miembro "sin querer" y se sonroja aún mas.

—Tápate.

—¿Cómo si tienes las sábanas?— pregunto divertido.

—Ponte tus bóxer.

—Así estoy cómodo.

Gruñe, pero termina por hacer lo que yo quería, tirarse en la cama para cubrirnos con la sabana a los dos, aunque mantiene considerablemente la distancia entre ambos.

—Podemos...— me maldigo al estar pensando en decirle eso— ducharnos juntos... Si quieres— nunca me hubiese sentido tan nervioso al preguntar eso.

Ella me mira como si estuviese loco, se cruza de brazos y niega como una niña pequeña, pero rápidamente se sostiene la cabeza.

—Tienes resaca, que no se te olvide.

—Tú también.

—Te equivocas, no bebí tanto como tú.

Rueda los ojos, de repente se torna un silencio incómodo en la habitación, lo mas probable es que en estos momentos ella esté pensando en todo lo que pasó anoche, lo sé porque el color en sus mejillas aumenta cada vez más. Estoy preparado para cualquier tipo de pregunta que venga de su parte.

AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora