Capítulo 24

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Muerdo el lapicero con nerviosismo, tendría un examen el lunes para la maestra Mitchell, una de Las maestras mas exigentes que tiene todo Harvard, quizás hoy era viernes pero tenía que ir preparándome desde ya y mas si no estoy haciendo nada.

Me encontraba sola en el departamento, Daniel salió con Bryan a eso de las cinco, dijo que volvería tarde y que no hiciera cena para él; quizás mas tarde baje al parque de la vuelta y me compre un perro caliente o algún tipo de comida rápida.

Le doy un sorbo a mí zumo de fresa tratando de concentrarme en lo que decía la libreta, pero era imposible, mi mente hoy precisamente no quería colaborar. En realidad no dejaba de pensar en aquel beso con Daniel, nunca volvimos a hablar de ello, supongo que estaba un poco confuso después de terminar con su novia; No sé ni siquiera porque mi mente se empeñaba en recordarmelo, no debería de estar pensando en eso, pero es que se sintió tan... Raro, y cada vez que pienso en eso mi corazón late con fuerza, como si quisiera salir de su sitio y eso no es normal y no me gusta, me siento tan extraña que me dan ganas de vomitar.

Me sobresalto cuando escucho el timbre, provocando que unas gotas del zumo cayeran sobre mi camiseta. ¿Quién podría ser? Claro está que Daniel no era ya que obviamente andaba con sus llaves, me levanto del taburete, siento mis pies hacer contacto con el piso frío, camino lo más rápido que puedo hasta la puerta, quien está del otro lado no deja de tocar con desesperación. Pongo mi ojo en la mirilla para ver de quien se trata, arrugo la cara cuando veo a Nicole parada del otro lado.

Tomo el picaporte entre mis dedos.

—Respira— me digo a mí misma— no puedes entrar a la cárcel tan joven.

Abro la puerta y le sonrío de manera falsa.

—Buenas noches— educación ante todo.

—¿Dónde está Daniel?

¿Dónde quedó tu educación?

—No se encuentra.

—¿Dónde está?

—Aún no le pongo GPS.

—Tan chistosa— responde rodando los ojos— ¿Salió hace rato? ¿con quién salió?

—¿Y por qué debería yo darte explicaciones a ti? Hasta donde yo tengo entendido ustedes ya terminaron.

Abre los ojos como platos, se acomoda el cabello y luego me sonríe sin mostrar su dentadura perfecta.

—Sólo nos dimos un tiempo.

—¿En serio? Yo durante el diálogo no escuché la palabra tiempo.

—¿Escuchaste? ¿dónde mierda estabas? No deberías andar por ahí espiando a otros.

Mierda. Debo acostumbrarme a no hablar de más.

—Por casualidad yo iba llegando en ese momento, pero me quedé mas alejada para darle su privacidad— miento.

—Él y yo vamos a solucionar las cosas, ya verás. Ni sueñes con que te vas a quedar con él, Daniel y yo estamos juntos desde la secundaria, siempre hemos sido la pareja envidiada, la porrista bella y el capitán del equipo de fútbol.

—Sácate las viejas películas americanas de la cabeza, Disney te tocó fuerte— digo con sarcasmo.

—Por lo menos vi Disney durante mi infancia, cosa que estoy segura que tú no.

Me cruzo de brazos.

—¿A qué viniste aquí en realidad?

—A recuperar a MI novio— de un empujón me quita de la puerta y entra.

AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora