V e i n t i t r é s

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Capítulo veintitrés

—¡Despierta! ¡Rápido! —gritó alguien entre mis sueños

Intenté abrir los ojos, lentamente, pero un zarandeo en mis hombros me obligó a abrirlos abruptamente. Me encontré con el rostro de Cayden asustado.

—¿Q-qué sucede? —pregunté algo desorientada

—Debemos irnos —reiteró y me levantó tomándome del antebrazo derecho con fuerza—. Arréglate.

Luego me dejó sola en la habitación. Examiné mis alrededores. Noté que tenía un sueño bastante liviano, ya que no recordaba en ningún momento haberme trasladado hasta mi antiguo lugar de secuestro.

Algo aturdida, fui hasta el baño y me ''arreglé'' tal como me ordenó Cayden. No entendía que pasaba.

Cuando terminé de hacer todo lo que pude en el tocador, sentí el estruendoso golpe de la puerta contra el muro y los pasos de Cayden sobre la madera

—Ya, ven conmigo —me ordenó serio

— Pero... ¿A dónde? Cayden, no entiendo nada, además ¿Qué hora es? —me pasé la mano por los ojos, aturdida por el sueño

—Son como las cuatro de la madrugada, pero da igual —se alzó de hombros—. ¿Vienes?

—¡Pero a dónde, maldita sea! No estoy entendiendo nada —negué con la cabeza

Se pasó la mano por el cabello y por el rostro, afligido. Se acercó a mí y me tomó del rostro, de una manera no tan brusca como de costumbre.

—¿Quieres estar a mi lado? —preguntó, haciéndome sentir como a una niña pequeña. Asentí—. Es lo único que tienes que saber; Vamos a estar juntos a donde vamos. Y no te preocupes por la ropa y esas cosas. Sólo lleva lo que traías desde ayer...

Me tomó con bastante ansiedad de la mano, y me dirigió hasta el pasillo. Tomó unos bolsos que tenía tirados en el suelo y me pasó mi bolso, que no recordaba haberlo dejado ahí. Se tocó los bolsillos de la chaqueta oscura que llevaba puesta y luego me miró y oprimió su mano contra la mía con mayor fuerza. Salimos a pasos lentos pero ansiosos por la puerta, sin hacer mucho ruido. Cayden extrajo de su bolsillo unas llaves y abrió un portón del que jamás había reparado en mirar.

Me hizo una señal de que le siguiera, ya que me había quedado quieta como una estatua.

Me sorprendí al encontrarme frente a un volkswagen beetle de los noventa, en aquella cochera.

—Vamos, sube—me sacó de impresiones, desde el interior del auto

No me había fijado cuando Cayden había entrado ya en el coche. Asentí, y me dirigí al copiloto.

❈ ❈ ❈

Luego de cincuenta minutos de viaje, no tenía idea a donde se dirigía Cayden. Él solo manejaba.

—¿Y si nos detienen? —pregunté

—¿Por qué habrían de hacerlo? —preguntó de vuelta, sin sacar la vista del volante

—No lo sé... ¿Tienes licencia de conducir?—pregunté incrédula

Me miró como diciéndome ¿No es obvio?

—No saldría sin licencia por tanto tramo —sonrió sarcástico

—¿Y si ya informaron a todos lados que te buscan por escaparte? ¿Y si te registran y encuentran lo que tienes en el tobillo...?

Se puso a reír

—¿Cuál es el chiste, eh? —miré enfadada

Siguió riéndose

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