T r e i n t a y n u e v e

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Capítulo treinta y nueve

Un fuerte calor me impactaba en el rostro. Me desperté por ese ardor, y al refregarme los ojos volví a la realidad.

Estaba con Javadd, escondiéndome.

Salí con cuidado del auto, y me encontré con Javadd acomodando una mini parrilla encima de una pequeña fogata

—¿Y eso? —pregunté curiosa

—Buenos días —me miró, sonriendo con burla y con voz sarcástica—.Voy a calentar agua. Ya sabes, para hacer café

—¿Y agua? —volví a preguntar

—Fui hace un rato a buscar

Alcé una ceja confundida.

—Hay un río... algo lejos, pero lo importante es que traje agua para hervir —me miró pasivo, y siguió en lo que estaba

Me quedé parada observando cada movimiento que hacía.

—Por cierto, puedes prender la radio —me miró, haciendo un ademán indicando hacia el auto—. En una de esas te funciona

Me acerqué a la puerta del conductor, e hice lo que me pidió. Luego de intentar sintonizar algo, una emisora funcionó.

Estuvimos toda la mañana y parte de la tarde escuchando música de los 80's, mientras leíamos, bebíamos o comíamos a ratos, o conversábamos.

—¿Puedo decirte algo? —pregunté algo avergonzada

—Dime —asintió

—Tengo miedo. No sé qué esté pasando allá afuera, y estar aquí tan tranquilos... siento que deberíamos hacer algo —hablé con temor

—¿Y algo como qué? —se sentó a mi lado, en la parte trasera del auto, mirando hacia el camino por el que habíamos llegado—. No te llenes la cabeza de ideas así. No pasa nada

Suspiré

Un ''Aviso de último minuto; interrumpimos la transmisión...'' nos interrumpió la relativa calma en la que estábamos

—''Según fuentes oficiales, la zona forestal fue foco de un incendio pasadas las siete de la tarde, en el sector de...''

Miré a Javadd y me devolvió la mirada, con cierta expresión en sus ojos; parecía que se nos pasaba la misma cosa por la mente.

''Se reconocen 50 personas como víctimas de las llamas. Este incendio fue ocasionado, y de hecho se tiene al responsable pues según testigos que alcanzaron a huir del lugar, vieron a un hombre de 20 años aproximado identificado más tarde por huellas en un arma que había dejado tirada, como Cayden Aldridge...''

—¡¿Es una maldita broma?! —grité exasperada—. ¿Él...? —quedé pasmada, y me llevé la mano al rostro

Javadd me miró consternado, mientras pasaba su brazo por mi hombro.

Negué con una mezcla de pena y rabia. No sabía que predominaba más dentro de mí en estos instantes

—Sabía que nada iba bien...—me quejé—. Debemos hacer algo... buscar a Cayden y...

—¿Qué? —me detuvo Javadd, quitando su brazo—. ¿Estás loca? ¡Está enfermo, es un psicópata!

—¡Lo sé, pero si no lo detenemos se meterá en más problemas, y...!

—Y nos quemará a nosotros vivos —me interrumpió, suspirando y mirándome serio y cabreado—. Mira. Lo que tenemos que hacer es quedarnos aquí, y no hacer nada más.

Me tomé la cabeza desesperada.

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