V e i n t i n u e v e

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Capítulo veintinueve

Elise Halter, la joven de diecisiete años desaparecida desde el lunes, ha sido rastreada por la policía esta mañana. Los últimos antecedentes que se tenían de ella, era acerca de su condición de víctima de secuestro a manos del hombre de veinte años, Cayden Aldridge, quien la mantiene en contra de su voluntad cerca de la localidad de...

—¡¿Contra mi voluntad?! —fruncí el cejo y miré a ambos chicos—. ¿Qué parte de sacar una identificación falsa para entrar a la cárcel a verlo, es estar en contra de mi voluntad viéndolo?

—Shhh —Javadd me reprochó con la mirada—. Escucha

Le subió el volumen a la pequeña televisión

En la reconstrucción de datos, se presume que Elise, fue obligada por su compañero de escuela Javadd Belet —miré a Javadd, con severidad—. Quién sería complice de Cayden Aldridge, a presentar una identificación falsa en la prisión de Stanburn, donde consiguió trabajo, y donde el señor Aldridge posiblemente la estaría presionando.

Me tomé la cabeza con frustración

—Ya, apaga eso —miré nuevamente a Javadd

Hizo lo que le pedí y lanzó el control remoto a su cama, algo enfadado

—¿Y ahora? —preguntó el moreno—. ¿Qué hacemos?

Suspiré

—No tengo idea. Lo que me emputece de todo esto, es que me dejan como una víctima de todo —me levanté, frustrada, caminando de un lado a otro

—¿Qué? —respondió Javadd, incrédulo—. ¿Me estás jodiendo? ¿Te molesta que te estén dejando impune de cualquier delito? ¡Si nos encuentran no te harán nada, maldita sea!

Me miraba enojado

Cayden se levantó sorpresivamente y se puso en frente

—No le vuelvas a hablar así —lo amenazó

Javadd se alejó de Cayden y se tumbó de espaldas sobre el colchón

—Esto es horrible —masculló

Nos quedamos en silencio

Miré a Cayden. Estaba con la misma expresión de dureza que mantenía siempre. No parecía afectarle demasiado todo esto

—¿Qué piensas? —le hablé—. ¿Cayden?

Volteó a mirarme, como saliendo de una ensoñación

—Pues nada. Nos tenemos que largar y ya —se alzó de hombros—. Sólo que ya no será mañana, si no ahora mismo

Se levantó del asiento

—Vamos, Elise —masculló el castaño, mirando hacia el suelo perdido

Javadd se largó a reír

Cayden y yo lo observamos confundidos

—¿De qué te ríes, imbécil? —preguntó cabreado, saliendo de su trance

—¿Crees que ella te acompañará? ¡Ella puede devolverse si quiere! ¡No la están persiguiendo! —siguió riendo

Alcé una ceja

—¿Qué te hace pensar que me voy a devolver? —me dirigí a Javadd, con rabia—. Yo iré a donde Cayden vaya

Volteé a verlo, y parecía sorprendido

—Que hermosa escena, enserio —se burló, alzando los labios con sorna—. Preciosa. La pobre chica víctima del síndrome de Estocolmo da la vida por su secuestrador, aunque le cueste ir a la cárcel cuando sepan que es cómplice de una fuga, y no solo una víctima como todos piensan —Javadd alzó las cejas—. Sería una lástima que alguien fuera a declarar eso...

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