Cerré la puerta de mi habitación y deje que una sonrisa de idiota enamorado se apoderara de mi cara. Aun no podía creerlo. Ella me ama ¡Ella me ama! Tenía tantas ganas de gritarlo. Me deje caer en la cama, me quite mi sudadera y mis pantalones quedando solo en bóxers. Me metí debajo de las sabanas de la cama y cerré los ojos deseando soñar con mi Elsa. Mía, mía, mía.
***
El golpeteo de la puerta hizo que soltare un gruñido de molestia, trate de ignorarlo para volver a dormir. El golpeteo se volvió a escuchar, con toda mi fuerza de voluntad logre abrir la boca —Más vale que sea de vida o muerte —advertí.
—El desayuno ya está listo —dijo Rapunzel desde el otro lado de la puerta
— ¿Y por eso me despertaste? Ahgg. Déjame dormir —le pedí
—Bien —dijo Rapunzel con evidente molestia —Has lo que quieras.
Tome la almohada y la coloque sobre mi cabeza. Cerré los ojos y trate de dormir.
Ya sentía la placidez de un sueño profundo cuando de nuevo esos malditos golpes volvieron a sonar en la puerta
—Vete a la mierda Rapunzel —sentencie con la almohada aun en la cara.
—Vete tú a la mierda —me respondió una voz divertida y relajada. Rápidamente me levante de la cama y abrí la puerta. Elsa estaba de pie con una tostada con mermelada en la mano. Me miro de arriba abajo y negó con la cabeza.
—Pantalones Jack, deberías pensar en usarlos. —me indico mientras mordía su tostada con mermelada.
— ¿Qué no te gusta verme así? —le pregunte con picardía.
Elsa sonrió —No creo que sea lindo, que alguien venga a tu cuarto y te encuentre en bóxers; —Mordió su tostada—podría haber sido norte, Astrid o conejo —me aclaro
— ¿Estás diciendo que soy feo? —le cuestioné fingiendo un berrinche.
Acabo su tostada con mermelada y me miro —No, me gustas. Estas bueno —paro en seco —No me refería a que estuvieras bueno, quería decir que te ves bien, no que...— reí ligeramente y la calle con un beso.
— ¡Jack! —me regaño.
Mire hacia ambos lados y la jale dentro de mi habitación. Elsa me miro sorprendida — ¿Qué estás haciendo? —me preguntó en un susurro.
—Esto —la bese.
Elsa rio contra mis labios. Sentí un ligero ronroneo en su garganta. Elsa coloco sus manos en mi pecho y me alejo —No vine a visitarte. Norte quiere que bajes, dice que debes de desayunar y además quiere hablar contigo —se encogió de hombros. —Cuando Rapunzel dijo que no querías bajar, me ofrecí para intentarlo.
— ¿Así? ¿Cómo lo harías? —le pregunté.
—Si no contestabas a la puerta planeaba entrar y tirarte de la cama; después jalarte hasta el comedor. —me confesó.
— ¿Y cómo ibas a convencer a tu novio? —intenté.
—Pues —dijo mientras se acercaba a mi cara —Hubiera entrado y...—roso sus labios en mi oído. — ¡Despierta! —gritó.
Yo di un brinco y me aleje de ella bruscamente. Coloque una mano en mi pecho — ¡¿Qué te pasa?! —Le pregunte molesto. —Si no te amara tanto estarías muerta. —informe.
Elsa se acercó a mí y me entrego mis pantalones.
—Póntelos y baja al comedor.
— ¿No te vas a aquedar, para asegurarte de que baje? —sonreí pícaramente
Elsa negó con la cabeza —No puedo, se supone que no me toleras y viceversa. Así que te veo en el comedor. —dijo para darse la vuelta. Yo la tome de la muñeca y la atraje para besarla. Sentía como si nuestros labios hubiesen sido hechos para estar juntos, encajaban a la perfección: como cuando armas un rompecabezas. Hay muchas piezas y solo una de ellas es la que quedara en la ranura, para poder formar la figura. Elsa era mi pieza perdida.
Lentamente comencé a abrir sus labios para dar paso a mi lengua, ella la dejo entrar. Su lengua era sedosa y me hacía sentir un extraño cosquilleo en el pecho. Baje mis manos hasta sus muslos para tratar de cargarla, pero Elsa se separó de mí.
—Quieto —me advirtió mientras sonreía y se subía las mangas del vestido. No sé en qué momento se las baje. —Ya te dije que no intentaras nada.
—No. Dijiste que no tendrías sexo conmigo por ser un desconocido, nunca me prohibiste intentarlo —me defendí.
—No vas a darte por vencido ¿Verdad? —negué con la cabeza. Elsa giro los ojos —Muévete, tienes que bajar... ¿O quieres que yo te vista? —me pregunto en tono de broma.
Yo sonreí ampliamente y asentí — ¿Es un chiste? —me preguntó algo avergonzada. —Solo era un decir... no pensaste que lo haría ¿O sí?
—Tú me preguntaste y yo acepte tu oferta, así que hazlo. —hice una pausa. Ella negó firmemente — ¿O acaso no cumples tu palabra?
Apretó los labios y maldijo entre dientes mientras caminaba hacia mí. Se agacho y tomo mi sudadera. Solté una risa burlona. Elsa dudo un momento en si hacerlo o no. Yo tome sus manos y las coloque en mi pecho; lentamente hice que las bajara: acariciando mi piel con leves roses. Elsa tenía un ligero rubor en sus mejillas; me incline hacia su rostro y rose sus labios con los míos. Cerré los ojos y comencé a besarla con más de intensidad.
Solté sus muñecas y lleve mis manos a su cintura, podía sentir como sus pequeñas manos acariciaban mi abdomen consiente de que ya no la obligaba. Subí mis manos por su espalda y con cuidado comencé a bajar el cierre de su vestido. Escuche el ligero –Switch– del cierre cuando llego hasta el inicio. Me aleje de ella un poco para poder deshacerme de esa estorbosa prenda. La tome por los hombros y lentamente comencé a bajar las mangas. Deje sus labios y comencé a besar su cuello. Elsa se alejó y me miro. Sus labios se entreabrieron para decir algo pero decidió quedarse callada.
— ¿Qué ocurre? —le pregunte confuso — ¿No quieres que tú y yo...?
— ¿Qué? ¡No! No es nada de eso, solo que... ¿no crees que es muy pronto? Yo prefiero esperar un poco más —me dijo Elsa.
Asentí un poco decepcionado. —Está bien, cuando tú quieras.
— ¿Estas molesto? —me preguntó.
Encarne las cejas —No, creo que está bien... supongo que aún no nos conocemos lo suficiente como para llegar a ese punto.
— ¿En serio?
—En serio.
Elsa sonrió discretamente y paso la sudadera por sus manos —Entonces, alza tus brazos —me ordeno con algo de diversión. Arque las cejas y obedecí. Elsa me puso la sudadera azul. Tomo los pantalones y me los aventó en la cara. —Es tu turno. —dijo para salir de mi cuarto.
ESTÁS LEYENDO
MI GUARDIANA [Jelsa]
ФанфикYo siempre había estado enamorado de Rapunzel, pero eso cambio un día... Todo comenzó cuando "el sexto guardián original" llegó a entrenar a los aprendices de los guardianes (y a mí también de pasada). Nadie antes lo había visto, pero como su nombr...