Te extraño

338 29 11
                                    



Hiccup me dio una ligera palmada en el hombro y después suspiro aliviado.

—Juraba que ibas a tirarme los dientes de un puñetazo —admitió.

— ¿Quién ha dicho que no lo haría eh?

— ¿Estas bromeando cierto?

— ¿Tu qué piensas? —le pregunté sonriendo apenas.

—Que debería de salir corriendo de aquí ahora —dijo riendo un poco.

—Sí, deberías.

— ¿Me darás cinco segundos de ventaja?

—En lo que hacías esa pregunta bien pude haberte roto la quijada dos veces.

—Pero no lo hiciste.

Me encogí de hombros y le lance un golpe justo en la mandíbula, no con tanta fuerza como para rompérsela pero si con la suficiente para que le duela por unos días. Mi amigo se sostuvo la boca y luego rio algo adolorido. Se limpió la sangre que tenía en el labio y asintió con la cabeza.

—Debía de haber corrido —dijo mi amigo.

—Debiste —acepté.

Hiccup sonrió divertido —Es mejor que me vaya antes de que me golpes otra vez.

Sonreí un poco y señale la puerta con la mano abierta. Mi amigo asintió y salió de la biblioteca.


***


Creo que debí de haberle preguntado a Hiccup si sabía dónde se encontraba Elsa, porque esto de estarla buscando como si fuera búsqueda de huevos de pascuas estaba empezando a cansarme.

Suspire frustrado y pase mis manos por mi rostro para tratar de despejar mi mente. Escuche un pequeño ruido más adelante y camine hacia allí.

— ¿Elsa? —pregunté alzando la mirada para verla sentada en la gruesa rama de un árbol.

La chica platinada giró el cuerpo para verme y arqueó una ceja extrañada.

— ¿Se te perdió algo?

—No...

—Entonces deja de estarme fastidiando —dijo para volver a girar el cuerpo y seguir mirando desde arriba de la rama de un árbol el paisaje nevado (seguramente hecho por ella misma).

—Creo que tenemos que hablar ¿No te parece?

— ¿Y cómo porque?

Suspire. Creo que esto va a ser más difícil de lo que creí si ella no pone de su parte también. Pensé un momento en las palabras que lograrían captar su atención porque hasta el momento me daba la impresión de que no lo estaba logrando.

—Se lo que habías planeado con Hiccup —le dije.

Elsa se giró rápidamente y me miro con los ojos bien abiertos.

—Y-yo... no se de lo que me hablas.

—Hiccup me lo dijo todo, no tienes por qué negarlo; de nada te sirve —aclaré caminando hacía el árbol y recargándome en el con los brazos cruzados.

— ¡Ya te dije que no se de lo que me hablas!

Emití un ruido de desaprobación y negué con la cabeza —No tienes por qué gritar de esa manera. No estoy lejos.

Elsa chillo fastidiada — ¡Vete!

—No me iré hasta que bajes y podamos hablar.

— ¿¡Para que tengo que bajar!? —Preguntó con un deje de molestia — Si quieres que hablemos lo aremos de esta forma.

—Como quieras, pero puedo verte las bragas.

— ¿Q-que? ¡Frost! ¡Idiota! —gritó con fuerza y bajo del árbol con las mejillas completamente rojas.

Reí un poco al verla y eso solo causo que Elsa se sonrojara y se enojara aún más. Me lanzo una mirada fulminante y yo inmediatamente deje de reír.

—Lo siento —le dije un poco avergonzado.

Elsa me miró aun sonrojada y por un rato ninguno de los dos dijo nada. Esto empezaba a tornarse un poco incómodo.

Suspiré —Sé que no reaccione de la mejor manera cuando me dijiste lo que hacías —le dije mirando el suelo —, pero trata de entender como me sentí al saberlo, Elsa. No es fácil de asimilar que la persona que amas tanto también sea la responsable de tu muerte. La responsable de alejarte de tu familia...

— ¿Solo por esto querías hablar conmigo? ¿Para echármelo en cara?

—No, claro que no. La razón por la que quiero hablar contigo es para que arreglemos las cosas. Te extraño.

Elsa me miró con un pequeño destello de alegría cuando pronuncie aquellas palabras.

— ¿T-tu... me extrañas?

Pensé un momento y asentí — Te extraño Elsa. Tuve que tenerte lejos para darme cuenta de eso... ¿Tú me extrañas? —pregunté temeroso de la respuesta. Sé que Hiccup dijo que ella aun me quiere pero tengo miedo de que sea una mentira y Elsa diga que no lo hace.

—Yo...—cerró los ojos un momento y cuando volvió a abrirlos vi que brillaban por lagrimas contenidas. Me acerque un poco a ella y le sonreí gentilmente a la vez que le sujetaba la barbilla.

—Responde, por favor —le pedí en un susurró.

Elsa me miró a los ojos y asintió a la vez que dejaba caer una lágrima. Se ve tan indefensa y frágil cuando llora: como una estatuilla de cristal.

Me incliné hacia su boca y la bese lentamente, disfrutando del frio contacto de sus labios con los míos. Sentí las manos de Elsa deslizarse sobre mi pecho hasta llegar a mis hombros y después rodear mi cuello con ellos, pegándome más a ella.

Cuando nos separamos tratamos de hacerlo lo más lento posible. Mordiendo y jalando el labio del otro para evitar separarnos pero al final tuvimos que hacerlo. Ambos nos miramos a los ojos con un sonrojo.

—Pensé que jamás volvería a besarte —admití chocando mi frente con la de ella.

—Igual yo. Pensé que te había perdido para siempre.

Sonríe —Jamás me perderás, te amo demasiado como para dejarte.

Elsa sonrió y volvió a besarme mientras me abrazaba por el cuello y dejaba que el peso de su cuerpo me jalara hacia abajo. La acosté delicadamente en el césped congelado y me coloque sobre ella mientras le seguía el beso.


--------------------------------------

Perdón por haber tardado en actualizar, tuve algunos inconvenientes pero espero que no se vuelva a repetir. También tratare de actualizar más seguido para compensar todo este tiempo.  ヽ(ヅ)ノ

MI GUARDIANA  [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora