Ella es mía

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Elsa pasaba sus dedos por mi mejilla y limpiaba la sangre seca que había quedado bajo el corte de mi mejilla. Su tacto era suave y delicado... como si temiera que al tocarme con mayor fuerza me agrietaría como si fuera una especie de estatua hecha de cristal.

Por otro lado Tadashi me mataba con la mirada al verme tan cerca de ella. No necesitaba ser un genio para darme cuenta de que aquello eran celos; como los que yo solía tener por Elsa cuando la veía con otro chico.

— ¿No crees que ya está suficientemente grande como para hacerlo solo? Digo, no es un niño —comentó Tadashi sin siquiera molestarse en ocultar su molestia.

Elsa lo miró de reojo y volvió a concentrarse en mi herida. Nuestras miradas se cruzaron por un momento y cada uno se dedicó a examinar cada facción del otro; como tratando de memorizarlas (cosa que ya habíamos hecho antes). Elsa se mordió el labio ligeramente... como si trata de incitarme a besarla y con un demonio lo estaba logrando.

—Se nos hará tarde —dijo Tadashi en otro intento por llamar su atención.

—Ya casi termino —respondió ella.

—Ya puedes dejarlo si quieres —le dije —Tu amigo debe de estar muy impaciente. ¿No es así?

—Mucho —le dijo Tadashi tronándose los dedos.

— ¿En serio? Gracias Jack.

Elsa se levantó de la silla dejando el algodón y la gaza sobre la mesa de la cocina y se marchó junto con Tadashi sin siquiera dirigirme alguna otra palabra o mirarme para ver la cara de sorpresa que tenía por aquella acción.

—De... nada —susurré aun en shock.

Tadashi sonrió ampliamente y paso un brazo por el hombro de Elsa justo antes de llevársela.

¿Así de fácil logro olvidarme? Yo creí que aun sentía algo fuerte por mí y que seguiría insistiéndome unas cuantas veces hasta al final decirle que la perdonaba y regresar de nuevo... aunque aquello no pareciera una relación muy sana.

Me molestaba mucho el hecho de verla con él ¿pero a quien culpo? Yo fui el que le dijo que se alejara; el que la rechazo y le pidió que me dejara en paz... que se olvidara de mi para siempre aunque aún yo no lo había hecho.

Tengo que ser fuerte y borrar mis sentimientos por Elsa.

Termine de ponerme la gaza justo al mismo tiempo que escuchaba que alguien entraba a la cocina a grandes pasos. Alce la mirada y vi a Tadashi recargado en el marco de la puerta.

Sonrió de forma maliciosa.

—Hola, Jack.

— ¿Hola? ¿Olvidaste algo?— pregunté.

—No.

Ambos nos quedamos en silencio un momento, que para mí se hicieron siglos. Por alguna extraña razón este chico me hacía sentir muy nervioso.

—Y... ¿te puedo ayudar en algo?

—No. Solo quería decirte una cosa. Aléjate de mi chica ¿Okay?

— ¿tu chica? —pregunté con cierta molestia.

—Sí. Mi chica —dijo con un tonó amenazante — Quiero que te mantengas lejos de Elsa ¿de acuerdo? Ella es mía y no me gusta que nadie se acerque a mis cosas.

—Elsa no es tu propiedad. No puedes prohibirme hablarle; solo ella puede.

Tadashi frunció el ceño y me sujeto por la sudadera y me estrello con fuerza contra la pared.

MI GUARDIANA  [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora