MI GUARDIANA [Jelsa]

Te lo dije

Asome mi cabeza por la puerta del techo y pude ver a Elsa sentada en las tejas. Su espalda estaba encorvada a causa de estar abrazando sus piernas. Me acerque lentamente y me senté a un lado de ella — ¿Estás bien? —le pregunte

La platinada me miró — ¿Sabes que quería decir tu sueño? ¿Reconociste algo? —me preguntó sin más.

Negué con la cabeza —No —le dije—. No sé si fue una pesadilla, pero se sintió tan... real, como cuando vi mis memorias. Solo puedo estar seguro de una cosa: no es un recuerdo mío.

Elsa suspiro y abrió la boca para decir algo, pero se lo guardo —Tal vez solo fue una pesadilla.

Arque las cejas —No, tú sabes lo que es ¿Verdad? Dime, por favor —suplique mientras le tomaba la mano.

Elsa retrajo la suya rápidamente y luego señalo con la cabeza discretamente a la derecha. Gire un poco mi cabeza y por el rabillo del ojo pude ver a Eugine, Mérida, Rapunzel y Kristoff espiando por la puerta del techo. Sonreí divertido y mire a Elsa. Ella giró los ojos y negó con la cabeza, solté un suspiro <<Es hora de actuar>> me dije a mi mismo.

— ¿entonces que tienes? —pregunté lo suficientemente fuerte como para que los chicos me escucharan.

—No es nada, solo un ligero dolor de cabeza. Pero deberías de volver con tus amigos, tal vez tu novia Rapunzel se ponga celosa —respondió mientras se acostaba en las tejas.

Whouuu, eso no lo vi venir ¿Así que así quiere jugar eh? Sonreí divertido y negué con la cabeza —Para empezar ella no es mi novia y además no me gusta, ya te lo explique la otra vez: es una amiga... algo que quizás tú no entiendas.

Elsa me miro sorprendida y divertida a la vez. Se sentó y se tocó el pecho con la mano derecha —Ouch. Justo en el orgullo —hizo una mueca de estar triste —. Yo no tengo amigos pero tú nunca tendrás una novia, pobre de la que te diga que sí.

Sentí unas enormes ganas de besarla en ese momento, para echarle en cara que claro que podía conseguir una novia. —Yo puedo dormir con quien quiera, cuando quiera y donde quiera —respondí mientras le mirada de forma seductora.

Elsa giro los ojos y luego rio para que los demás creyesen que había sido una clase de broma —Eres un imbécil.

—Deberías de tratar de llevarte bien con los demás —cambié de tema —. Ellos no son tan malos, son buenas personas y estoy seguro de que serían grandes amigos.

— ¿Y no quieres que te prepare la cena y tu baño de burbujas? —me preguntó sarcásticamente.

—No suena mal. Una esclava le viene bien a cualquiera. —confesé.

—En verdad creo que eres un idiota... pero tienes suerte, me agradan los idiotas.

Gire ligeramente mi vista para comprobar si ellos seguían ahí, y efectivamente ahí estaban los cuatro. Creo que no se irán hasta que yo haga lo mismo.

—No puedo estar así —le susurré a mi novia mientras me recostaba en el techo y miraba el cielo.

— ¿Por qué? —preguntó imitándome.

— ¿Qué vamos a hacer con los entrenamientos? —Pregunté en voz alta para encubrir nuestra "otra conversación" —quiero besarte —cuchicheé.

—Dividirlos y después ver que enseñarles primero —encubrió —. Pues aguanta, Jack.

Me puse de pie y mire a Elsa que aún seguía acostada en las tejas. —Entonces te buscare luego para ver eso de dividir los entrenamientos. Espero que ese dolor de cabeza se te quite, porque si normal eres una molestia, con dolor de cabeza serias insoportable.

Elsa me lanzó una bola de nieve que había creado con sus poderes y luego señalo la puerta del techo. La chica cerró los ojos y soltó un suspiro. Yo sacudí la nieve de mis hombros y cabello y sonreí maliciosamente.

Creé una bola de nieve y me puse de cunclillas frente a ella, luego se la embarre en la cara y en ese momento de distracción le robe un corto beso en los labios. Elsa chillo por la sorpresa y luego se tocó los labios sorprendida.

—Te dije que no podía aguantar más. —dije y me puse de pie. —Esta fue mi venganza —anuncié.