Se acabó la paciencia de Elsa

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Cuando Elsa salió por la puerta del balcón acepte que ella ya no sentía nada por mí. Aunque eso no tenía mucho sentido; me beso y lo más importante me había dicho que no quería hacerme daño y que le hacía querer cosas que no podía tener, eso me había dejado confundido.

¿Aun sentirá algo por mí?

Suspire ligeramente y mire de nuevo hacia las montañas lejanas. Prometí que si ella salía por esa puerta se acabaría y se acabó. Voy a tener que olvidarla por muy dolorosa que sea. Tendré que ser feliz... sin ella.


***


La cena trascurrió en silencio, salvo por el ruido ocasional del metal de los cubiertos golpeando la porcelana de los platos. Sentía que todos me miraban y me juzgaban por lo que había hecho, pero cuando alzaba la vista no veía a nadie mirarme.

— ¿Alguien puede decirme que está pasando aquí? —preguntó Norte colocando los brazos sobre la mesa y entrelazando las manos.

—No pasa nada —contestó velozmente Hiccup.

— ¿Seguro? No parece que todo esté bien.

—Todo está bien —aseguró la voz de Rapunzel serenamente.

Norte no parecía muy convencido al respecto pero no insistió más en el tema.

—Bueno, en ese caso tengo algo que decirles —dijo —. El día de mañana los quiero a todos en la sala principal a las ocho en punto sin falta alguna ¿De acuerdo? Hay algo muy importante que debo de decirles a todos.

—Si —respondimos algunos, mientras otros soló asintieron.


***


Había despertado alrededor de las seis de la mañana y había decidido ir a dar un pequeño paseo por los alrededores del polo norte. Todo estaba sumamente callado y el único ruido que escuchaba era el de mi respiración.

Mire a mi alrededor y vi como una columna de humo salía por una de las chimeneas del tejado del "cuartel general", también vi montañas a lo lejos y el inicio del bosque nevado que comenzaba cerca del cuartel general. Todo siempre cubierto de nieve blanca y limpia, mi nieve.

O la de Elsa.

Baje por la ladera de un saltó y caí de forma suave en el suelo. Lleve mi cayado al hombro y continúe caminando mientras silbaba y pateaba un poco la nieve bajo mis pies. Escuche un ruido similar a un crujido cerca mío y deje de silbar para tratar de escuchar mejor de donde había venido aquel sonido extraño.

Volví a escuchar el ruido en dirección del bosque y caminé hacia el con el mayor sigilo posible. Quité el cayado de mi hombro y lo sujeté con fuerza con ambas manos, apuntando hacia el frente. Oí de nueva cuenta el crujido y asomé un poco la cabeza, escondiendo el resto de mi cuerpo tras de un árbol y vi a un reno de color blanco patear unas ramas con sus patas.

Solté un suspiro y relaje el cuerpo. Creo que he estado algo paranoico estos últimos días a causa de esos sueños raros que no he dejado de tener. Me acerque con cuidado al reno para tratar de no asustarlo y le acaricie suave la espalda. El animal se sobresaltó y se giró bruscamente para ver quien lo había tocado, haciendo que sus astas quedaran justo enfrente de mis ojos.

Sonreí un poco —Hola amigo.

El animal pateó el suelo con una de sus pesuñas y exhalo aire por la nariz. Parecía enojado; quizás no fue de su agrado que un completo desconocido llegara por sorpresa y lo tocara sin pedir permiso. Di un paso atrás y mire maravillado su pelaje blanco, era casi tan blanco como la nieve que había en el suelo.

MI GUARDIANA  [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora