MI GUARDIANA [Jelsa]

Apuesta

—ACEPTO —contesté sin titubear. Tome la espada del suelo y la balanceé de una mano a otra. Elsa tomó la suya y me miro de forma retadora.

—Okay... —murmuró la chica — ¿Listo?

—Estoy listo.

— ¡Ahora!

Ambos nos pusimos en posición y comenzamos a combatir. Ella lanzó su espada hacia el frente y yo me encorve en una "U" hacia afuera para librarme del golpe. Di un pequeño giro y choque mi espada con la suya a la altura de nuestros rostros, luego la empuje hacia atrás, logrando que trastabillara.

Vaya, sí que es buena. Pero temo decepcionarla al comunicarle que yo lo soy mucho más. Cuando era mortal, era obligatorio que los hombres supiesen pelear, por si algún día, se necesitarán más miembros en el ejército del rey. Así que, desde que cumplías los 15 años hasta los 16, tenías que ir una vez a la semana a tomar un entrenamiento de dos horas (dos malditas y dolorosas horas). <<Aunque sea valió la pena>> pensé.

Su forma de pelear es tosca, y algo agresiva. Me recuerda a mi cuando era una "julia verde" en los entrenamientos. Reaccione cuando Elsa lanzó un golpe en mi costado izquierdo, que afortunadamente logre esquivar. Le pate el vientre lo más suave que puede y luego me aleje de ella, para estudiarla.

La guardiana lanzo el arma hacia el frente y volvimos a chocar las espadas. Ella me soltó una patada en las rodillas y yo caí en el suelo. Subió su espada y la bajo con fuerza, alce la mía y la coloqué encima de mi cabeza rápidamente; la tire al suelo de una patada y me reincorpore. Le regresé el ataque, pero ella hizo lo mismo que yo antes. (Espada en la cabeza y golpe)

— ¡Eres un mentiroso! —Ladro —si has practicado con esto antes.

—Lo admito, fue una pequeña mentira —dije burlonamente.

Ella sonrío y continuamos con la pelea. Lance un ataque rápido, pero Elsa lo esquivo, dio un giro completo y coloco la punta de la espada debajo de mi barbilla. Sonrió victoriosa, pero antes de que dijera algo le solté un golpe en la muñeca que sostenía la espada. Elsa abrió los ojos como platos y corrió hacia la espada, pero yo le puse el pie y ella cayó al suelo. La chica se arrastró para tratar de tomar su arma, pero yo me coloqué sobre ella y le sujete los brazos a cada costado de su cabeza.

Elsa me vio con unos ojos que reflejaban: asombro, diversión y algo de molestia. Me incline hacia su oído —Es hora de cobrar mi premio —susurre para después estrellar sus labios contra los míos.