MI GUARDIANA [Jelsa]

Te odio.

Me quede sin habla después de escuchar lo que Elsa había dicho ¿Era una metáfora? ¿Era verdad? No, claro que es una mentira ¿Cómo ella pudo haberme matado? Mi muerte fue un accidente (según mis memorias)

—No es cierto —aseguré.

Mi novia miro el suelo y luego suspiro tristemente—Ven conmigo —pidió.

***

Cuando llegamos a su habitación Elsa cerró la puerta tras de sí y estrello la frente contra la puerta. Parecía abatida y triste. Me acerque a ella y pose mi mano en su hombro. — ¿Quieres explicarme lo que acabas de decirme?

—Cuando me convertí en guardián no tenía ni la menor idea de que era lo que debía de hacer —dijo mientras se giraba para mirarme —. Estuve vagando durante siglos antes de que hombre de la luna me diera mi tarea.

— ¿Por qué me dices todo esto? —pregunté extrañado. No es como si no me importara el saber más sobre la vida de Elsa; solo que la frase que había dicho hace un rato seguía rondando en mi mente.

"Yo te mate"

Elsa me tomo por los hombros y acerco su rostro al mío. Podía sentir su gélido aliento rosando mis labios y sin más me beso. Aquel beso no era parecido a ninguno que nos hubiera dado antes; este era delicado y gentil, pero aun así podía sentir su tristeza y dolor. Eso me inquieto.

—Me estas asustando ¿Qué pasa?

—Solo déjame hablar —pidió la chica.

Asentí y deje que continuara.

—Soy la encargada de buscar a los elegidos de la luna y asegurarme de que sean "fáciles de elegir" —hizo comillas con sus dedos —El primero que tuve que buscar fue Norte. ¿Te dijo ya alguna vez como fue que el termino convirtiéndose en guardián?

Asentí —Dijo que murió en un accidente de carrosa. Que iba a casa después de un largo día de trabajo y que algo paso, que los caballos se sobresaltaron por algo y que luego la carrosa se fue de lado y cayó por un barranco—informé.

Mi novia se abrazó a sí misma y bajo la mirada —La segunda fue Hada. Ella resbalo de la copa de un árbol mientras buscaba unas manzanas y se golpeó la cabeza contra unas rocas y murió. El tercero fue Sadman. El murió en una tormenta de nieve. Estaba buscando un rebaño de cabras que habían escapado de su casa y quedo atrapado en la tormenta. El cuarto fue Conejo. Estaba cruzando por un puente colgante... una de las tablas se rompió, los lazos se rompieron y cayó por el acantilado —alzo la vista y clavo su mirada en la mía —. Tú fuiste el quinto. Moriste cuando caíste al agua helada por tratar de salvar a tu hermana...

Las manos comenzaron a hormiguearme y sentí un hueco en el estómago cuando mi mente fue poco a poco deduciendo una verdad que esperaba por todos los dioses fuese mentira. No. Ella nunca podría haber hecho algo como lo que estoy imaginando.

—S-si —tartamudeé —. Ya te lo había dicho, pero aun no entiendo que tiene que ver eso con lo que me dijiste.

—Yo hice que la carrosa donde iba Norte cayera. Congele las ruedas y luego asuste a los caballos. Ellos golpearon el frente de la carrosa y rompieron las ruedas, luego esta se fue de lado y cayo.

Me mordí la lengua y el hueco en mi estómago se convirtió en una falta de aire en mis pulmones.

—Empuje a Hada del árbol cuando estuvo lo suficientemente alto. Yo hice la nevada que mato a Sadman; robe las cabras de su casa y las lleve a lo más profundo de las montañas, luego le cerré el paso con un muro de hielo para que no pudiera regresar y empeore la tormenta. Rompí las maderas del puente por el que pasaba conejo, luego con un chuchillo corte las cuerdas. Él fue inteligente y logro sostenerse de una, pero yo también corte esa y cayo por el acantilado.