<<ELSA>>
La platinada corrió directo al bosque nevado donde entrenaba a los chicos y se dejó caer al suelo de rodillas. Sabía perfectamente que con esto había destruido su relación con Jack definitivamente.
Era lo mejor... Así no tendría que lastimarlo. No tendría que decirle sobre sus pesadillas, esas pesadillas que la hacían gritar casi toda la noche. Tal vez él no la oía gritar, ya que siempre congelaba las ventanas y la puerta para guardar el ruido; pero todas las noches Elsa despertaba con un último grito: la garganta seca y con una ligera capa de sudor en su frente. Pero la primera vez que compartió su cama con él, esas pesadillas desaparecieron.
Después de novecientos años, al menos por una noche pudo dormir como hace siglos no lo hacía. Jack la hacía sentir segura: como si nadie pudiera lastimarla, siempre y cuando estuviera con él.
Ahora se sentía expuesta.
Se levantó del suelo, secos sus lágrimas y se sentó bajo un árbol. Algo extraño se movió en su interior y comenzó a sentir un miedo irracional, que rápidamente se trasformó en terror. Miro hacia todos lados desesperada, como si buscara aquello que la hacía sentir de eso modo. <<Pero es imposible>> se decia a sí misma.
El cuerpo comenzó a temblarle como si quisiera darle un ataque epiléptico cuando vio una sombra entre los árboles. La poca luz de la noche era suficiente como para que Elsa pudiera ver de quien se trataba. — ¿me extrañaste? —le preguntó una voz grave y ligeramente ronca.
La chica dio un grito ahogado y comenzó a retroceder a rastras. Quería levantarse y salir corriendo pero no podía, sus piernas estaban dormidas y no le respondían. La sombra se acercó a ella a paso lento, haciendo que a Elsa se le dificultara el respirar. Sentía el sudor corriéndole por las cienes y su estómago se revolvió hasta que soltó una arcada. La sombra que la aterrorizaba paso por un rayo de luz de luna y la dejo ver al hombre de veinticinco años de edad, de cabellos anaranjado y ojos azules que tanto miedo le causaba.
Las manos de la chica temblaron y no reconocía su entorno, era como si soñara... o como si tuviera una pesadilla. —Tú... t...u estas... m...uerto —balbuceó a duras penas.
—Eso es verdad —acepto el hombre —. Pero hice un trato. Te dije que jamás te librarías de mi maldita perra.
Él se acercó y le sujeto la mano, haciendo que Elsa gritara con tanta fuerza que pudo haberse desgarrado la garganta. La platinaba lloraba y sentía una fea opresión en el pecho y le dieron temblores en el cuerpo. Lagrimas salían de sus ojos y gimoteaba con fuerza. El hombro frunció el ceño, claramente cansado de sus llantos así que le soltó un golpe en la cara con su puño.
Elsa se hizo un ovillo en el suelo y volvió a gimotear mientras un rio de sangre bajaba por su nariz. Se hinco con dificultad y luego vomito el miedo. Soltó un lamento y una sensación de ahogo se hizo presente en sus pulmones.
—Te prometo que nos veremos muy pronto, y reviviremos los viejos tiempos. —dijo el hombre con entusiasmo. —Cuídate, zorrita —Soltó una risa burlona y camino lejos de Elsa, para luego perderse en las sombras.
La chica chillo y miro con miedo el lugar exacto donde el hombre había desaparecido. —H...ans —gimió con miedo.
***
Elsa abrió la puerta con las manos temblorosas y entró. Aun podía sentir la boca seca, ese hormigueo en las piernas y también el dolor del golpe que le había dado Hans en la cara. Se dejó caer contra la puerta de entrada y soltó un gemido de dolor cuando junto sus piernas contra su pecho. Escondió el rostro entre ella y gimoteo en silencio por un rato.
Escucho unos pasos que se acercaban a ella y luego una mano se posó en su hombro. Elsa se sobresaltó y soltó un fuerte gritó de pánico. Se arrastró por el suelo y buscaba a toda costa alejarse de quien fuera que la había tocado.
<<Vamos a jugar, putita>>
Sintió náuseas y las lágrimas seguían cayendo de sus mejillas como cascadas salinas. Sus gritos resonaban por todas partes, como si el mundo mismo hubiese guardado silencio solo para apreciar a la perfección el miedo y tristeza de sus lamentos.
—Tranquilízate Elsa —pidió Norte. La chica trato de controlar su respiración y poco a poco comenzó a dejar de llorar. La garganta le dolía. — ¿Qué fue lo paso? —quiso saber Santa.
Elsa no dijo nada.
— ¿Estas bien? —insistió.
Nada.
La chica alzo la vista y distinguió a un peliblanco que intentaba llegar a ella. Elsa volvió a gritar y buscaba a toda costa alejarse de Jack. Lo señalo y le pedía que parara: como si él fuera a hacerle algo... algo malo. Jack se quedó quieto y la miro detenidamente. Dio cuatro pasos hacia atrás y Elsa volvió a tranquilizarse.
***
— ¿Qué es lo que le pasa? —pregunto Jack con evidente preocupación.
—No lo sé. No quiere hablar —le contesto Norte.
—Voy a verla. —dijo el chico mientras se giraba hacia la puerta de la habitación.
—Whouuu, Whouuu, Whouuu —le detuvo Eugine — ¿No viste como reacciono al verte? Yo creo que no es buena idea que entres ahí.
—Pero es que yo...
—Jack, creo que Eugine tiene razón; no es muy buena idea que entres. —interrumpió Norte.
El chico miro Santa dudoso. Algo en el fondo le decia que Norte sabia más de lo que el decia, pero prefería mantenerse callado. —Tú sabes lo que pasa —aseguró el peliblanco —. Dime lo que tiene, por favor.
—No puedo. Prometí que jamás le diría a nadie. No puedo romper esa promesa.
—Te lo suplico ¿Qué es lo que tiene Elsa? —insistió el chico.
— ¿Sientes algo por ella? —le preguntó Norte para cambiar radicalmente de tema.
El chico titubeo un momento ¿Seguía sintiendo algo hacia ella? ¿A pesar de lo que hizo... aun la amaba? —Sí —contestó —. Claro que siento algo muy fuerte por Elsa.
Norte poso una de sus manos en el hombro de Jack —Entonces aléjate de ella. Si en verdad la amas como tanto dices, aléjate. — dijo para entrar de nueva cuenta a la habitación de Hada. Elsa no estaba en su recamara, ya que para esta situación estar lejos de todos era lo mejor.
Alejarla de ellos, era lo mejor.
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MI GUARDIANA [Jelsa]
FanfictionYo siempre había estado enamorado de Rapunzel, pero eso cambio un día... Todo comenzó cuando "el sexto guardián original" llegó a entrenar a los aprendices de los guardianes (y a mí también de pasada). Nadie antes lo había visto, pero como su nombr...