—Elsa hizo el favor de buscar varios libros adecuados para cada uno de ustedes —dijo Norte sincronizándose de algún modo con la llegada de Elsa a la sala — Los leerán y analizaran — termino de decir.
—No necesitamos libros —afirmó Mérida— Tenemos nuestras armas y nuestra fuerza. Para eso fue su entrenamiento ¿no? O pretenden que nos agarremos a librazos con el enemigo
—Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa ¿no Mérida?—dijo Hiccup cruzándose de brazos —En una batalla donde todo será caos la inteligencia será más poderosa que la fuerza...Si tienes fuerza no puedes pensar con claridad. Si tienes inteligencia puedes usar la fuerza de tus enemigos en contra de ellos mismos...
— ¿Entonces si leemos mil libros y nos volvemos súper inteligentes será mejor que si los golpeo con mi puño? —preguntó Mérida con disgusto.
—No —contestó Elsa fríamente mientras empezaba a repartir los libros
— ¿¡Pero de que están hablando ustedes dos!? —gritó Astrid — Primero él dice que tenemos que estudiar, y ahora tú dices que el ser más inteligentes no es bueno.
—Yo nunca dije eso —contestó la chica entregándole su libro a Kristoff. —Si eres fuerte te vuelves estúpido, si eres inteligente te haces cruel... siempre tiene que haber un equilibrio. Así funciona todo.
Hiccup sonrió gentilmente en su dirección y asintió al mismo tiempo que aceptaba el libro que Elsa le estaba entregando.
—Simplemente no entiendo su lógica —comentó Mérida encogiéndose de hombros mirando a otro lado.
Elsa me entrego el libro que me correspondía y yo suspire. La tapa era gruesa y de un color rojizo y en el titulo se leía: "Hechizos blancos" un título que no me llamo mucho la atención.
Lo deje en la mesita que estaba a un lado mío y me dedique a obsérvala mientras les entregaba sus libros a los demás. Cuando la chica termino se colocó a un lado de Norte y se cruzó de brazos. Se veía cansada y desanimada.
—...Entrenaran todos los días desde el amanecer hasta el crepúsculo. Vamos a dividirlos en parejas y entrenaran con ellas todos los combates y lo que resta de entrenamientos serán de forma individual.
Un yeti entro en la sala y se acercó a Norte para decirle algo que obviamente no comprendí.
—Bien, dile que iré en un momen...
La puerta de la sala chirrió de nueva cuenta y un chico alto, de piel morena clara, cabello negro y rasgos asiáticos entró cruzándose de brazos y mirando a todos en la sala.
—Creo que ya no es necesario... —dijo Norte girándose a ver al chico.
— ¿Usted es Andrew?
—Sí, pero ahora estoy ocupado...
—Yo también tengo cosas que hacer. Mi señora Daella me envió aquí para hablar sobre Pitch.
Todos se quedaron cayados, pero yo me quedé asombrado por su descaro. Ni siquiera había dejado terminar de hablar a Norte. Así debió de sentirse Chauncey cuando hablo conmigo.
El chico nos miró pero de repente abrió los ojos como platos.
— ¿Elsa? —preguntó ladeando la cabeza.
— ¿Tadashi? — Elsa parecía sorprendida.
—Si —sonrió débilmente —Jamás creí que te encontraría aquí estrella ¿Qué haces con estos idiotas?
Contraje mis facciones en una mueca de asombro al igual que los demás.
Elsa rio delicadamente y se acercó a Tadashi.
—Yo me are cargo de él en lo que terminas de hablar con ellos Norte. Tadashi se aburre muy fácilmente.
Santa dudo un momento.
—De acuerdo, tratare de darme prisa para no hacerlo esperar tanto...
Elsa asintió y tomó el brazo de Tadashi y lo saco fuera de la sala.
Fruncí el ceño y apreté los puños. ¿Por qué le dijo estrella a mí... a Elsa? ¿Por qué ella sabe quién es él? ¿Por qué le tomo la mano? ¿¡Por qué me molesta que ese tal Tadashi este con Elsa ahora!? ¿¡Por qué me siento así!? ¡Mierda! ¿¡Por qué tengo tantos celos de él!?
Tengo que saber quién es él y que pretende con ella ¡AHORA!
— ¡Auch! —chillé cuando jale de mi mejilla más de la cuenta. Desde hace rato había estado moviendo mi mejilla para tratar de abrir la herida de nuevo y tener una excusa para salir y creo que funciono.
— Jack tu venda se está empapando de sangre —dijo Eugine casi en un gritó.
—Si... creo que ya se dio cuenta —dijo Kristoff sonriendo apenas.
Me levante de mi asiento y camine hacia la puerta.
—No te preocupes Norte; yo puedo cambiarme esta cosa solo, creo que lo sabes.
Santa asintió.
—Muy bien Jack.
***
Camine en dirección de baño para poder cambiarme la gaza y así poder ir a buscar a Elsa y a ese tal Tadashi. La cara me dolía y me cuestionaba si había valido la pena o no haberme provocado el sangrado.
— ¿Jack? —preguntó la voz suave de Elsa.
Ella estaba parada en la puerta que daba a la sala común con una pierna cruzada tras la otra y sosteniéndose un brazo. ¿Por qué tiene que verse tan linda todo el tiempo?
Mi orgullo me decia que no le dijera nada y que continuara con mi camino. Pero fue por ella que me provoque el sangrado así que sería más estúpido de lo que ya soy si simplemente la ignorara.
—Hola.
—Tu cara... ¿quieres ayuda?
Me mordí la lengua para no mostrarme molesto y miré hacia otro lado.
—No, creo que pue...
— ¿Qué pasa linda porque me dejaste hablando solo? —le cuestiono Tadashi abrazándola por la cintura y recargando su barbilla en el hombro de ella.
— ¿Sabes? Creo que si me vendría bien algo de ayuda. No puedo ver muy bien mi herida y supongo que la última vez que me lastimaste me curaste y lo hiciste bien. No hay que perder la costumbre ¿no?
Ella bajo la mirada pero no pudo esconder esa pequeña sonrisa de felicidad que le causaba que la dejara acercarse a mí.
— ¿Podrías esperarme aquí Tadashi? No tardare.
El chico me mato con la mirada causando que sonriera internamente. La voz que siempre me había apoyado con lo de Elsa reventaba de felicidad.
"En tu cara idiota, ella es mía"
— Te acompaño. No quiero quedarme solito en la sala. Claro... si es que a tu amigo no le molesta. N o te molesta ¿verdad?
Mierda.
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MI GUARDIANA [Jelsa]
أدب الهواةYo siempre había estado enamorado de Rapunzel, pero eso cambio un día... Todo comenzó cuando "el sexto guardián original" llegó a entrenar a los aprendices de los guardianes (y a mí también de pasada). Nadie antes lo había visto, pero como su nombr...