Adiós

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Desperté con un muy mal presentimiento en el pecho. Suspire internamente y me levante de la cama a duras penas, porque en verdad no tengo ánimos de nada. Lo único que quería hacer era estar acostado en mi cama y llorar. Sí. No me importa lo extraño que suene, solo quería llorar, llorar por Elsa. Los ojos me dolían y mi semblante de se veía apagado cuando me mire en el espejo del armario de mi habitación.

Tan solo el recordar lo que Elsa me había hecho hacia que la llama de la ira se encendiera en mí nuevamente y sintiera ganas de vomitar por la cólera. Me sentía engañado, utilizado, dolido, triste, y en verdad estúpido por haber creído todo lo que ella me decia... Por haber creído que Elsa en verdad me amaba como yo la amaba a ella.

—Te amo —le dije a la nada, deseando que al dejar salir aquellas palabras pudiera sentirme más tranquilo, pero lo único que conseguí fue sentirme aun peor al darme cuenta de que a pesar de lo que me había hecho aún la amaba.

"Solo fuiste algo para entretenerme..."

Apreté los puños con fuerza al recordar esas palabras y aquella sensación de extrañarla se disipo por completo hasta convertirse en una ira incluso mayor que el amor que yo solía tenerle. Tenía ganas de vénganme por lo que casi le hizo a mi hermana. Quería verla destroza, más de lo que ella me había dejado a mí. Joder simplemente quería verle sufrir y eso comenzaba a asustarme; yo no soy así.

Los recuerdos de sus besos volvían, y de todo lo que habíamos compartido. Le había entregado todo lo que podía: mi amor, mi alma, mi cuerpo, mi fidelidad... ¡Todo! Y aun así solo lo había tomado como un juguete cualquiera.

Fui una distracción para apaciguar su aburrimiento... y eso me dolió.


***


—Jack, muchacho ¿Qué se te ofrece? — me preguntó Norte cuando entre a su oficina.

—Hola. Bueno, yo quiero preguntarte algo.

— ¿Qué cosa?

Apreté los labios —Mira, voy a ser directo ¿Quién es Elsa? ¿Una asesina? ¿Un guardián? ¿Una mentirosa? Dime lo ya, porque sé que tú sabes más de lo que aparentas.

— ¿De qué me estás hablando muchacho?

Sentí que mis ojos se humedecían —Estoy hablando del hecho de que nos mató.

— ¿Cómo...? ¿Quién te lo dijo?

— ¡Elsa! —grité con odio y tristeza. De nuevo el dolor en mi pecho se hizo presente e hizo que una lágrima cayera por mis ojos (la cual limpie rápidamente con la manga de mi sudadera).

Norte parecía sorprendido — ¿Qué fue lo que te dijo?

— ¡Todo, mierda! ¡Todo! —grité sintiéndome aun peor que antes. Entre abrí los labios para tratar de decir algo pero lo único que salió fue un lamento.

Volví a llorar como anoche.

Me deje caer de rodillas al suelo y escondí mi rostro en mis piernas, mientras sentía las lágrimas caer por mis mejillas —Norte, ayúdame por favor —supliqué llorando —Quiero que el dolor que siento se vaya —sollocé —. Ya no puedo más; temo que si la recuerdo voy a colapsar.

Sentí algo colocarse a un lado mío y luego la mano de Norte se posó en mi hombro.

— ¿Te ha roto el corazón? —me preguntó con voz suave y amable, como la de un padre preocupado por su hijo.

MI GUARDIANA  [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora