El viernes de esa misma semana, me encontraba en la casa de Frank con Mike, Ray, un chico que antes no hablaba mucho conmigo pero que era genial, y por supuesto Gee.
Todo era diversión hasta que mi teléfono empezó a vibrar como desquiciado, lo abrí apresurado pensando que podía ser mi madre a punto de matarme... pero solo era Urie.
Bufé, porque quería asegurarme de que no estaba caminando por la carretera al punto de que podian atropellarlo, o peor, sea él el que atropeye. Le dije a los chicos que iría al baño, que según las indicaciones de Frank, era la segunda puerta del pasillo.
Entré y me apoye en la puerta para escuchar los audios que, en los segundos que yo había hablado con Frank, habían aparecido dos más.