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¿Hay pocos fics ryden en español o yo leo tan rápido que ya me quede sin nada para leer? Recomiéndenme algunos pls (momento de spam)

Estábamos en el auto de Jon en camino al aeropuerto. Ninguno de los cuatro decía nada, nadie quería caer en la cuenta de lo que se venía. Brendon tomaba mi mano, dándole algún apretón de vez en cuando para que supiera que estaba conmigo.

Jon aparcó el auto y ayudamos a Spencer a bajar sus cosas.

—Por poco parece que llevas un cuerpo de lo pesadas que están.— bromeó Brendon, rompiendo el hielo.

Durante la caminata, él se dedicó a contar chistes malos para aligerar el ambiente. Los tres reíamos sinceramente, por un momento su intento pésimo de comediante nos había hecho olvidar el contexto... Al menos lo hizo hasta que se escuchó las llamadas al vuelo de Spencer, por lo que él dijo.

Primero se despidió de Brendon, hablando un poco en privado para luego finalizar con un abrazo. Quizás le pregunté qué dijo porque tengo mucha curiosidad.

Se acercó a mí sin decir nada. Tragué un poco de saliva para deshacerme del nudo que se había formado en mi garganta. No era bueno en esto y él tampoco, porque apenas nos abrazamos empezamos a llorar como bebés.

—Me harás mucha falta aquí ¿Lo sabes?— le dije, un poco más calmado.

—Nos veremos en vacaciones, te lo prometo. No te liberarás de mi trasero tan fácilmente, Ross.

—¿Cuál trasero, Smith?

Rió mientras me daba un leve golpe en la cabeza.

—Espero que no la cagues con Brendon mientras este afuera. No quiero que tires todos mis esfuerzo al inodoro, pequeña basura emo.

—Pequeña la tuya.

Nos separamos riendo, mientras él caminaba en dirección a Jon con intención de despedirse de él.

Los miraba silencioso, mientras algunas lágrimas salían de mis ojos pensando en que sería la última vez que lo vería en unos largos meses.

Brendon me sacó de mis tristes pensamientos, abrazándome.

—Pasará rápido, ya verás.— dijo

Lo miré sonriendo ante su vago intento de consolarme. Levantó la cabeza y me sonrió de vuelta para ponerse de puntas y depositar un beso en mi mejilla.

—¿Cuándo vas a crecer?— le pregunté.

—No digas nada, te ves más lindo callado.

Tomé su pequeña cintura y lo besé sin más.

—¡Hay menores presentes, desconsiderados!— nos gritó Jon.

—No sos el mejor para hablar, querido amigo.— le respondí.

Se escuchó por las bocinas del aeropuerto que era el último llamado al vuelo de Spencer, por lo que él tomo sus valijas y nos saludo con la mano a los tres.

Sin decir nada, volvimos hacía el auto de Jon.

—¿Quieres venir con nosotros al cine?— le preguntó Brendon.

Sabía que quería ayudarlo a que no pensará en la partida de Spencer como yo, pero estaba convencido de que no iba a aceptar porque no creo que quisiera ser la tercera rueda extrañando a su compañero.

—No puedo, tengo una cena familiar.— respondió.

Brendon estaba por insistir, pero yo le dije en el oído "déjalo". Por lo que cerró la boca, recostando su cabeza en el asiento.

Nos dejó en nuestro departamento, pero antes de que pudiera abrir la puerta, él tironeó de mi manga para caminar.

Lo seguí sin preguntarle a donde ibamos, aunque luego de una cuadra o dos supe que estábamos yendo hacia las vías de tren abandonadas.

Nos sentamos en el mismo lugar que la primera vez que vinimos aquí y mantuvimos una conversación sin que yo lo evitara o algo.

—No quería volver a casa.— me soltó sin más.

—¿Necesitas hablar de eso?

Apoyo mi cabeza en su hombro, y la movió en forma de negación.

—No realmente... quería que cantarás algo ¿Por favor?

Suspiré, pero entendía que me lo estaba pidiendo para distraerse, muy enserio.

Lo enrollé entre mis brazos para acercarlo más a mí, así podía cantarle en voz baja.

Mientras cantaba, miraba el color grisáceo que poseía hoy el cielo. No me atrevía mirar al chico que me sacaba el aliento mientras cantaba con algo de desconfianza.

De un momento a otro, sentí que Brendon estaba comenzando a llorar, por lo que seguí cantando varias canciones que en ese momento se me ocurrían. Me sorprendía que fuese él quien lloraba y no yo, pero estaba seguro que algo malo estaba pasando por su cabeza.

—Te quiero tanto.— dijo cómo pudo.

Ignore lo mal que se escuchaba su voz, no quería presionarlo en contarme que le pasaba. Cuando él quisiera hablar sobre ello, yo lo iba a escuchar.

Besé su cabeza, tratando de no ponerme a llorar también.

—Lo siento, se supone que iba a hacerte sentir y me pongo a llorar como un niño. Soy muy egoísta.— dijo él, en un intento de ser sarcástico.

—Sabes que podes contar conmigo, siempre que lo necesites Brenny.— dije tocándole la panza donde sabía que tenía cosquillas.

—Parece el nombre que le pondrías a un oso de felpa y no sé como sentirme al respecto.

—Sos tan chiquito y abrazable como uno, así que de ahora en más te voy a llamar así.

Reí mientras forcejeaba para que deje de abrazarlo fingiendo estar ofensivo, pero yo tenía notoriamente más fuerza que él.

—Dios, te odio.— dijo entre risas.

Me besó cortamente y yo le saqué la lengua, para besarlo de vuelta.

Su celular comenzó a sonar, interrumpiéndonos. Lo sacó de su bolsillo y suspiró algo cabizbajo.

—Ya no puedo escaparme más.— dijo.

Nos levantamos del suelo y volvimos caminando, sin decir mucho realmente hasta encontrarnos frente a las puertas de nuestras respectivas casas.

—¿Nos vemos mañana?— le pregunté después de besarlo.

—Eso espero, Ryan.— dijo dándome una media sonrisa.

Me acerqué y lo abracé muy fuerte mientras le susurraba un "escríbeme si las cosas se vuelven complicadas". No me respondió, solo me dio un beso junto con un "buenas noches".

Lullaby ✧ ryden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora