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La cena había sido muy incómoda y tensa. Ryan y yo casi ni nos mirábamos y tampoco hablábamos, salvo cuando alguna de las dos mujeres nos preguntaba algo. Fingíamos que las cosas estaban en completa calma, pero yo creo que era bastante notorio que ninguno de los dos quería estar allí... Bueno, casi. Ninguna de nuestras madres se dio cuenta de la tensión que había entre los dos. Al contrario, pensaban que estábamos perfectamente por lo que la madre de Ryan sugirió:

—Supongo que tienen que hablar sobre cosas de chicos y no quieren hacerlo en frente de sus mamás ¿Por qué no van a la habitación de Ry?

No tuvimos otra opción más que aceptar, porque creo que los dos sabíamos que nuestra respectiva madre iba a seguir insistiendo que vayamos a divertirnos con cosas de "adolescentes" para que ellas pudieran hablar de cosas de "adultos". Era una pérdida de saliva negarnos.

Me levanté de la mesa y lleve mi plato y vaso a la cocina junto con Ryan. Luego, lo seguí hasta su habitación en donde los dos nos sentamos en su cama, uno al lado del otro con una considerable distancia, sin decir ni una sola palabra por un tiempo.

Sabía que él no me diría absolutamente nada, que tenía que ser yo quien iniciase la discusión

—¿No vas a decir nada? ¿Ni siquiera un perdón o un motivo por el que me lo hayas ocultado?— escupí, no literalmente.

—No sé porque te molesta tanto, sinceramente pe-

—¿Pero qué, George?— dije haciendo énfasis en su primer nombre.

—No me llames así, todos saben que odio ese nombre.

—¡Pues te voy a llamar como se me salga del culo porque parece que no somos amigos! ¿O los amigos te esconden que son tus vecinos?

—¿Acaso los amigos se besan?

—Sí uno se siente atraído al otro ¿Por qué no?

Se quedó callado, quizás porque mi respuesta lo tomo desprevenido. Yo también me calle, no quería gritar teniendo a mi madre a unos pasos de aquí.

—Yo... tengo mis motivos.

—Dame un motivo bueno y un disculpa, y consideraré perdonarte.

Ahora nos encontrábamos sentados con las piernas cruzadas, cara a cara.

En estos momentos es cuando podía conocerlo un poco más ya que estoy seguro de que me quedaban un montón de sus facetas por descubrir. Cualquiera puede ver que Ryan es bastante orgulloso y le cuesta dar el brazo a torcer, pero creo que si íbamos a ser... lo que fuésemos a ser, no debería ser siempre yo el que intenta solucionar las cosas.

Entonces, sentí que me ponía rojo de la ira y como si me hubiesen inyectado rabia, tuve intenciones de soltar todo lo que me guarde esta cena.

—¡Estoy harto ser yo el que trata de arreglar todo entre nosotros Ryan! ¿¡Puedes dejar de mirarte al ombligo haciéndote el tonto orgulloso por una pu-

Me había tomado de la nuca con sus dos manos para atraerme hacía él, pero fue el que tomo aquel pequeño impulso para chocar nuestros labios, callándome.

Sentí mi cara y cuello tomar un cierto color carmesí por la no esperada reacción de Ryan... Que no hace falta aclarar que estaba más que encantado con que me callara así.

Se separó de mí apenas unos milímetros.

—Estabas por gritar muy fuerte, y sabía que no tenía otra opción para callarte— me dijo también algo sonrojado.

—Creo que estuviste buscando una excusa para besarme y la encontraste.

—¿Algún problema con eso?

—No sé, cállame de nuevo y averígualo.

Sonrió para luego volver a juntar nuestras bocas. La suya era muy fina y delicada a comparación de la mía, sin embargo, se acoplaban de tal forma que hasta con solo pensarlo sentía una corriente por mí espalda como ahora la sentía.

Tomé su cuello para acercarlo más a mí, tratando de romper cada pequeño milímetro de espacio entre nuestras caras. Sus manos seguían en mis mejillas, tocándolas con la misma suavidad con la que sus labios acariciaban los míos.

En ese instante, olvidé por completo los motivos por los cuales estaba enojado, pero quería creer que con ese primer beso, de alguna forma, él había dejado parte de su orgullo de lado por estar bien conmigo.

Al separarnos, deje salir un suspiro como si hubiese aguantado la respiración por muchísimo tiempo

—No sé que estamos haciendo, o que es lo que pretendes con cosas como estas, pero realmente no quiero que se acaben— admití.

—Yo tampoco.

Sonreímos torpemente.

Me contuve de volver a tocar el tema de conversación anterior, porque quería saber si realmente era él quien cantaba por las noches, pero como estábamos bien ahora, decidí dejarlo para otro momento.

No estábamos muy seguros de que hacer a continuación, pero yo quería besarlo de nuevo, y así lo hice... Al menos hasta que instantes después mi madre tocara la puerta seguido de un:

—¿Puedo pasar, chicos?

Mi mamá, desde que sabe acerca de mi sexualidad, siempre que estoy en mi cuarto con un chico me toca la puerta y me pregunta si puede entrar. En otras palabras, si no estoy en medio de, como ella lo llamaría "acto sexual del cual no tiene que enterarse si estoy o él otro esta protegido"

—Sí mamá, todo en orden— respondí alejándome de él un poco.

Abrió la puerta con algo de desconfianza pero cuando vio que estaba intacto, suspiró.

—Creo que ya es hora de irnos, es algo tarde.

Le dije que me esperara allá que tenía que tomar una cosa. Ryan se me quedó mirando con confusión, porque yo había venido sin nada en las manos.

Me pare pero antes de ir hacía la puerta y le di un casto beso.

—Ahora sí estoy listo para irme.

Rodó los ojos pero esta vez, con una gran sonrisa.

Lullaby ✧ ryden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora