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—¡Ya dejen de molestarme!— dije acomodándome el cabello.

—Pero si es que nuestro Brenard está enamorado— dijo Pete.

Les explico la situación, estabamos en los casilleros cuando veo pasar a uno de los Way con Ryan, y como quiero caerle bien a el nuevo le sonrió mientras lo saludo. Pero mis amigos, como la gran mayoría de los amigos en el planeta, mal interpretan mi gesto como un intento de conquistarlo... Y aunque desearía poder hacerlo, primero quiero llegar al punto de que me salude de vuelta.

Así que aquí me hallaba con Dal, Pete y Josh fastiandome por esto mientras que Tyler y Pat se reían aunque ellos estaban de mi lado.

El timbre sonó y me fui a mi fui con Josh la última clase del día : Educación Física... Ay no que horror.
Además de que Josh era un gran atleta y yo a su lado era unas piernas y brazos de fideo que con suerte podían correr un poco sin cansarse. En la parte de practicar deportes no tenía problemas, pero solamente correr me parecía bastante agotador

Fuimos a los vestuarios a cambiarnos y ya comenzaba a quejarme de que la ropa era fea y que iba a transpirar como un cerdo, y por otro lado Josh que sonreía porque era la clase en la que tenía mejor desempeño y porque miraba al sudor como signo de trabajo y esfuerzo. Dos palabras: completamente asqueroso.

La clase comenzó con unas 4 vueltas de trote a la pista y en ellas pude ver que Ryan estaba en nuestra clase, hecho que celebré en mi cabeza.

—¡Más rápido Urie que eso no es trotar!— me grito el profesor.

Tu puta madre que no estoy trotando.

Pude ver como Ryan se rió un poco de mi cara al escuchar lo que el profesor me había dicho. Tenía una linda risa pero me caía mal por reírse de mis desgracias.

—Atento al camino Ross— le gritó al escucharlo reír.

Y ahora fui yo que rió un poco mientras lo miraba con las cejas alzadas.

Terminamos y el profesor nos indicó unos cuantos ejercicios básicos porque recién era nuestra segunda clase. Al final, nos asigno una pareja para hacer un estiramiento final. Le perdoné el sufrimiento de las cuatro vueltas al escuchar que me tocó con Ryan.

—Tienes suerte de que nos toque en casi todos los grupos juntos— dijo él acercándose a mí.

—Suerte, destino, como quieras llamarle Ryan— dije ayudándolo a estirarse.

—Eso suena muy cursi de tu parte, Urie.

—Quiero impresionarte para que seamos amigos, estoy tratando con todo lo que puedo— le dije y rodó los ojos.

—Si eso consideras un intento, estás lejos de lograrlo— me dijo mientras me empujaba para que pudiera llegar a tocar mis pies.

Cuando el profesor nos dio la libertad de irnos, fui corriendo a la ducha para sacarme esto olor a pescado que traía.

Salí con una toalla en la cintura para buscar mi bóxer sin tener que ir con mis pelotas al aire... No es como que tuviera vergüenza de ir desnudo por ahí, la verdad era absolutamente al revés pero algunos compañeros se habían sentido incómodos o me habían molestado porque era por sabido que yo era gay. Era un argumento bastante lamentable para no dejarme andar así por un vestuario y tampoco le veía el sentido de por que yo era el que tenía que cubrirse.

De todas formas, ahora lo hago sin quejarme para no tener que pedirle a alguno de mis matones que llamaba amigos tuvieran que ir de guardaespaldas por el hecho de que yo no era tan fuerte ni tan alto como para cuidarme la espalda ante alguien de más de un metro ochenta.

Me coloqué mis bóxers y mi pantalón cuando vi a Ryan salir de la ducha. Por dios, que hermoso le quedaba el pelo mojado.

Decidí pedirle su número con la excusa de que era para poder contactarlo por el trabajo, a lo que él me levanto la ceja, y aunque me trato de convencer de que no era necesario, siempre tenia un as bajo la manga.

—¿Enserio?

—¡Sí! Mira si me pasa algo en el camino a la biblioteca y no tengo como avisarte. Te quedarías esperando un largo rato que podrías usar en algo más divertido...

—Bien jugado, espera que lo anoto en un papel— dijo buscando en su mochila.

Apoyo su cuaderno en los casilleros del vestuario y cuando terminó de escribir, arrancó la hoja para dármela.

—Muchas gracias cielo— le dije yéndome hacia donde estaba Josh, que me miraba anonado.

Le conté lo sucedido y me felicitó diciendo que era un gran avance, que dentro de poco ya estaría en mi cama, le saqué el dedo del medio mientras me aseguraba de guardar bien esa hoja.

No le conté el pequeño detalle de que Ryan había estado mirando mi abdomen con un poco de disimulo en gran parte de la conversación. Prefiero quedarme el recuerdo de sus ojos analizando los pocos músculos, que ni yo se de donde habían salido, para mí solo.

Lullaby ✧ ryden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora