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Apenas mi vuelo aterrizó, pensé que cuatro días más sin ver a Ryan no podían matarme...

Si tan solo estuviésemos en contacto, claro.

Después de que yo colgará la videollamada y que al día siguiente no haya contestado sus llamadas no por estar enojado con él, si no porque no revise el teléfono en lo absoluto hasta pasada la hora de la cena, no me volvió a llamar. Y no, no estaba encontrando el valor suficiente para marcar su número.

¿Quién sabe? Quizás ahora él está enojado conmigo y apenas lo llame terminé conmigo. Y yo... no lo soportaría, de verdad.

Por eso estoy aplazando el momento de enfrentarme a la realidad, quedándome ahora por delante tres días para verlo...

O al menos eso pensaba.

Cuando estaba tirado en el sillón de mi casa con Pete y Dallon y escuché el timbre, la última persona que me imaginaría era ver a Ryan con la vista en el suelo y su flequillo cubriéndole la mitad de la cara.

—Pete... ¿No habías prometido llevarme a un lado ahora?— le dijo Dallon.

—No...— me volteé a verlo y pude ver como Dallon le daba un golpe en el brazo.— ¡Ay es verdad! Lo olvidé, perdón. Nos vamos.

Se levantaron y se abrieron paso entre el chico que tenía en frente sin decirme una palabra y yo.

Lo dejé pasar y pude ver que tenía un bolso con él encima.

—¿Estás enojado?— fue lo primero que me dijo.

—Por supuesto que no.

Me abrazó por la cintura y pegó sus labios contra los míos. Pasé mis manos por su nuca mientras me dejaba besar. Todo precioso hasta que nos quedamos sin aire.

—Pensé que estabas enojado conmigo.— me dijo.

—Te extrañé.— le corregí.— Pero siento no haberte llamado luego de haberme enojado esa noche, creí que te habías enojado porque no te conteste al día siguiente...

—No, pensé que sería mejor darte tu espacio y hablar cuando viniera aquí. ¿Realmente queda algo por hablar?

—No, no... estamos bien.— le dije volviéndolo a besar. —¿No que venías en unos días?

—Me volví antes porque me daba mucha mala espina quedarme ahí...

—Me alegró que estés acá...

—A mí también.— dijo para besarme.— Dios, te extrañé tanto.

Le sonreí y lo besé una vez más para que vayamos a mi cuarto. Dejó el bolso a un lado y se tiró a mi cama. Me acosté a él, apoyando el cuello en uno de sus brazos que tenía extendido.

Estuvimos un rato recostados sin decirnos mucho, solo para disfrutar que por fin estábamos juntos de nuevo, casi como si hubiésemos pasado una eternidad separados.

Ryan comenzó a besar mi cara, dándome cosquillas hasta que sentí que se detuvo para bostezar.

—¿Estás cansado?— dije.

—Sí, el vuelo me agotó y vine del aeropuerto a casa a dejar la valija, y me traje un bolso con cosas porque estaba solo en casa y pensé en quedarme acá hasta que mi mamá vuelva...— me dijo bostezando de nuevo.

—¿Viniste solo?— lo miré confundido.

—Ajá, mi papá se iba directo de allí a alguna base y mi mamá quería quedarse con él, pero yo no quería quedarme.

—¿Tan malo fue? Además de que esa zorr-

—Bren...— me regañó.

—Esa víbora.— me corregí.— te besó.

—La insulte bastante y me amenazó, en ese momento no me importó porque el pensar que quizás había arruinado todo entre nosotros me descolocó.

—Awww, te amo.— dije besándole la mejilla.

—Yo también... ahora, si no te molesta, quiero dormir siesta.— dijo cerrando los ojos.

Empecé a enredar mis dedos en su cabello para entretenerme un rato mientras lo veía dormir, porque se veía tan tierno y tranquilo. Pero después de lo que creo yo, fueron dos minutos, me aburrí y decidí agarrar su teléfono para llenarle la memoria de fotografías mías.

Vi que tenía mensajes de su mamá y Spencer preguntándole si había llegado bien, así que para no despertarlo, les respondí que ya estaba en mi casa.

No quise revisar nada por lo que abrí la cámara y deje el botón apretado para sacar miles de fotos, una atrás de la otra para luego borrar un par y quedarme con las mejores. Revise después cuales eran las dos más lindas como para ponérselas de fondo de bloqueo y de pantalla, porque estoy seguro que no podría resistirse a mi lindura como para tenerme de fondo.

Ryan seguía durmiendo, por lo que tome un marcador y le empecé a dibujar cosas en la cara y después sacarle algunas fotos con mi teléfono para después mandarle mi obra de arte a Spencer y Jon, porque si se las mandaba a mis amigos creo que esta foto aparecería por todos lados, o se burlaran de él y bueno. Me da pena porque a veces mis amigos son unos hijos de puta, pero bueno, también lo soy yo y por eso los quiero.

Estoy casi seguro que me matará cuando vea lo que le dibuje con marcador negro por toda la cara, pero la tentación me ganó por completo. Por suerte es lavable... creo.

Di vueltas en marcador en mi mano para buscar el "lavable" pero me encontré en su lugar con un "permanente".

Oh, creo que la cagué...

Busqué en internet si había forma de sacarlo de la piel, y por suerte dicen que si se puede a pesar de que cuesta bastante sacarlo.

Bueno, estoy seguro de que Ryan me matará por esto, pero supongo que en el fondo me va a seguir queriendo.

Empecé a tocarle la cara para despertarlo, cuando le puse mi teléfono encima con la cámara frontal grabando, para tener en primer plano su reacción.

—¡Sorpresa!— le dije riéndome al ver su cara de espanto.

—¡Brendon y la de tu reverenda hermana!— dijo corriendo hacia el baño.

Lullaby ✧ ryden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora