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La ceremonia en la iglesia estaba por comenzar, algo tarde. Estaba conteniendo mis ganas de salir corriendo para evitar estar presente ahora, no solo porque se me iba a hacer sumamente larga y aburrida, sino que la escena me provocaba unas náuseas incontrolables de solo pensar.

Pero, también estoy pensado en la fiesta en la que me dije a mí mismo que no podía ser tan malo, y más si la iba a pasar al lado de Ryan.

Bueno, al menos eso pensaba.

—¿Brendon?— dijo una voz femenina, interrumpiendo mi pequeña charla con Ryan, antes de que todo esto empezará.

—¿Sarah? ¡Tanto tiempo!— dije abrazándola muy fuerte.

Me dio un beso en la mejilla, llenándome con algo del brillo labial que tenía puesto, pero no me queje.

No veía a esta chica en dios... ¿8 años?

—¡Mírate Bren! Siempre poniéndote más guapo.

—¡Pero mírate a vos!— dije tomándola de la mano para que de una vuelta.—Estás más que hermosa.

—Siempre tan lindo.— dijo ella riendo.

Me puse a hablar con ella hasta que Ryan me dio un pequeño codazo, interrumpiendo mi charla. Voltee a verlo que tenía el ceño fruncido, como esperando a que lo presentara.

—Sarah, me había olvidado presentarte a mi novio, Ryan.— dije tomando la mano del mencionado.— Ryan, ella es Sarah.

—Woah Brenny bear, seguro tienes una hilera de gente con el corazón roto, pero la verdad es que no crítico tu elección.— dijo en voz alta.—Es muy guapo, consigueme uno así.— me susurró.

—Cuando quieras, dulce mía.— dije despidiéndome de ella por el hecho de que la ceremonia estaba por empezar.

—No me cae bien.— me dijo Ryan apenas se alejó lo suficiente.

—No seas así, es una muy buena chica.— le dije haciéndole un puchero.

—Ajá, como digas.

Nos pusimos bien, aunque le tome la mano disimuladamente al ver a la novia entrar.

Como predije, la ceremonia fue peor que tres patadas seguidas en los huevos, pero espero que después de esto pueda dormir mejor. Solo lo hago por eso: "para cerrar el ciclo". O al menos eso es lo que me dijo mi terapeuta.

Ahora teníamos unas horas antes de ir a la fiesta, por lo que con Ryan decidimos comprar algo en McDonald's y pasar por mi casa, puesto que la tendríamos para nosotros dos.

—Deberíamos sacarnos los trajes para comer esto.— sugirió Ryan.

Levanté los hombros.—Después tendríamos que volver a ponérnoslos y es muchísimo trabajo, solo tenemos que ser muy precavidos.

Ambos estábamos devorando la comida como si no hubiese un mañana, porque con que nos habíamos despertado tarde para desayunar por habernos quedado hasta tarde viendo películas, y que la ceremonia había durado más de lo esperado, nos estábamos muriendo de hambre.

Al terminar de comer y tirar todo al tacho de basura, nos sentamos en el sofá pensando que todavía teníamos unas cuantas horas antes de que la fiesta empiece.

—¿Qué quieres hacer?— dijo Ryan poniendo su brazo en mis hombros.

Pensé en algo divertido que podamos hacer acá, y que no implique cambiarnos.

—¡Podemos practicar el vals y los lentos para hoy!— dije levantándome rápido.

—Por un momento juré que ibas a proponer que nos acostemos.— bromeó él y yo reí.

—Bueno...

—Vos mismo dijiste que no querías sacarte el traje, no seas hipócrita Urie.

—Ñe, no me caes bien.— dije tomando su mano para que se levantara del sillón.

Acomodé una mano en su hombro y la otra la uní con la de Ryan, mientras él posicionaba su mano libre en mi cintura. Comenzamos a practicar sin música, pero nos vivíamos pisando el uno al otro.

—Somos un asco, creo que deberíamos rendirnos.— propuso Ryan.

—No seas amargado, hazme girar.— le ordené.

Obedeció y fue lo único que hasta ahora habíamos hecho bien. En otras palabras, algo que había salido sin que alguien pise al otro.

Seguimos práctica y poco a poco, con un algunas pausas como para indicarle al otro hacia donde mierda debía moverse, dejamos de pisarnos.

Ryan tomó su celular y con un parlante que yo tenía puso una canción.

—Perdón, esta canción es mucho para mí.— dijo mientras se acomodaba para empezar.

—Me suena muchísimo...— admití.— ¿Cómo se llama?

—Creep, es de Radiohead.

Ryan comenzó a cantar la letra en voz baja, y yo no podía sentirme en un mejor lugar que ese.

Apoye mi cabeza en su hombro, cerrando los ojos mientras soltaba su mano y ponía mis dos manos en sus hombros, a modo de bailar un lento. Él me pegó más a él mientras me abrazaba por la cintura y apoyaba levemente su cabeza sobre la mía.

Una lágrima cayó en mi rostro e inmediatamente reacción para ver que los ojos de él estaban algo húmedos. Limpié con mis pulgares su cara y lo besé suavemente para que estuviera mejor.

—Lo siento, esta canción me pone demasiado sentimental.— se excusó.

—Está bien Ryro, no tienes que darme explicaciones sobre eso.

Lo besé una vez más y le sonreí, mientras otra canción muchísimo más animada comenzaba a sonar. Empecé a bailar como un tonto para animarlo y que me siguiera.

—¡Arriba ese ánimo, Ross!

Me miró dudoso pero tras reprimir una sonrisa se unió a mi extraño baile. Me abracé a él y bailamos a la vez que nos reíamos como tontos, mientras el reloj avanzaba y avanzaba.

El tiempo pareció volar, porque cuando varias canciones habían pasado, nos dimos cuenta que estábamos llegando muy tarde. Por lo que tomamos nuestros sacos y corrimos a la parada del bus que nos dejaría a unas cuadras del salón.

Lullaby ✧ ryden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora