Donghae arrastró el pesado altavoz hasta el lado izquierdo y oculto del escenario; éste le llegaba a la altura del abdomen y casi no podía alcanzar su anchura estirando los brazos. Apoyó ambas manos sobre él, cogió impulso y se sentó, con los pies colgando. Suspiró aliviado. Había logrado su trabajo, ese por el que no le pagaban pero que le encantaba hacer.
Había muchas cosas que su madre no sabía de él. Su orientación sexual era una de ellas y la principal. Pero también le escondía aquello que solía hacer por las tardes, cuando le decía que iba a casa de Kyuhyun a recibir clases de inglés. Lo único de cierto que había en eso era la decoración del local; estaba hecha para que pareciese un restaurante neoyorquino de los años cincuenta, por lo que todo estaba escrito en inglés. A Donghae le gustaba ayudar con la preparación de los espectáculos.
—¿Acaso se han creído que soy John Travolta? —Kyuhyun pasó por su lado y se cruzó de brazos frente a él; llevaba el pelo engominado, pantalones de cuero y una camiseta de manga corta blanca demasiado ceñida para su gusto.
—¿Qué le ha pasado a tu ropa? —si hubiese habido alguien más a parte de ellos en el local, su risa habría llamado la atención de todo el mundo.
—La hija del dueño, esa mocosa de tres años...
—Siete —corrigió.
—Me da igual —Kyuhyun no necesitó más que dar un pequeño salto para sentarse a su lado—. Me ha tirado el batido por encima. Lo único de mi propiedad que llevo hoy son los calcetines.
—¿Lo único? —inquirió, alzando una ceja.
—Es una larga historia —su voz sonó tranquila, pero Donghae pudo verlo ruborizarse. Lo dejó pasar mirando al frente— ¿Cómo está Donghwa?
Se encogió de hombros, restándole importancia.
—De Luna de miel. Feliz. Orgulloso. Lo de siempre.
—¿Has hablado con él?
Miró a su mejor amigo con una mueca.
—No hace falta. Mi madre ya me informa de todo. Se lo están pasando genial, cielo. Han visto los delfines en el barco, cielo. Tu hermano dice que no hay mucho que hacer y prefieren quedarse juntitos en la habitación. ¿No te parece romántico, cielo? A ver cuándo haces tú lo mismo, cielo.
Gruñó. Sepultó la cara entre las manos y dejó que Kyuhyun lo rodease con un brazo.
—Podrías hacerlo. Yo me ofrezco para ser tu esposa. Llévame a Grecia y veamos los delfines, cielo.
No pudo ocultar su risa. Alzó la cabeza para mirarlo; Kyuhyun le guiñó un ojo con diversión. Le golpeó el hombro. Bajó del altavoz con un salto que hizo sonar la madera del suelo y mandó pinchazos por sus piernas.
—A mi madre le daría algo.
Metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros. Había una colilla falsa en el suelo y comenzó a darle pequeñas patadas con la punta del pie.
—Mis padres no se lo tomaron tan mal como creíamos, ¿recuerdas? Podrías probar.
—Tus padres no son mi madre. Tus padres son gente humilde que deja que su hijo cante porque es su sueño —su ceño se frunció profundamente—. Mi madre solo quiere que sea como Donghwa.
—Pero tú no eres Donghwa —exclamó Kyuhyun; bajó del altavoz y se acercó a él para cogerlo de las mejillas—. Ella debería entenderlo.
Suspiró. Se apartó las manos de Kyuhyun con un suave movimiento. Unos pasos pesados y lentos irrumpieron en el ambiente, salvándolo de continuar con el tema.
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Inefable [EunHae +18]
FanfictionHyukjae es fotógrafo y sarcástico a tiempo completo. Donghae estudia para heredar la empresa de su padre. No se odian. No se quieren. No hay palabras para describir lo que sienten. Sencillamente inefable. ▶Queda prohibida la copia total o parcial de...