Capítulo 15

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Donghae metió la llave en la cerradura mientras su mejor amigo le pedía perdón por milésima vez. Ya le había dicho que estaba bien, que no era culpa suya, que su pelo estaba a salvo gracias a la ayuda de Hyukjae. Se lo había explicado todo y aun así Kyuhyun parecía no haber escuchado nada. Soltaba tantos lo siento por minuto que apenas se entendían.

—¡Kyu! —le gritó para que se callara. El golpe seco de la puerta al ser cerrada a su espalda llegó a la vez que el fuerte suspiro desde el otro lado del teléfono— Gracias.

—Vale, ya paro —bufó—. Pero que sepas que mañana pienso pagarte la entrada como compensación. Y no digas que no porque soy capaz de añadir las palomitas y la bebida.

—¡No serías capaz!

La risa de Kyuhyun, malvada y divertida al mismo tiempo, atravesó sus oídos al tiempo que llegaba a las escaleras. Puso su pie sobre el peldaño, soltó una risa sincera y se impulsó hacia el segundo. Lentamente, en el tercero, se dio cuenta de por qué estaba yendo tan despacio. Dejó caer las comisuras con aprensión.

—Eso es lo que pasa cuando te metes con Cho Ky...

—No puedo ir —soltó, directo y sin titubeos. No quería ilusionar más a Kyuhyun.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Hyukjae me ha salvado —suspiró, deslizándose hasta que su trasero quedó en el cuarto peldaño. Dobló las piernas y se apoyó en la pared— Le debo dos favores y quiere hacerme unas fotos mañana.

—Oh, bueno. Pues ya iremos otro día.

Se pasó una mano por la cara, rabioso. Salía de un lío para meterse en otro. O molestaba a su madre, o a su padre, o a Jessica, o a Hyukjae. Y por no querer ninguno de estos, había terminado siendo el causante de la tristeza de Kyuhyun. Su tono de decepción era para Donghae como verle llorar. Quería abrazarlo, susurrarle que iba a ir al cine con él y olvidarse del resto del mundo. Era como su hermano pequeño. Era más hermano que el propio Donghwa.

Pero es que no podía quedar con él al día siguiente. No fuera de la universidad. Debía preparar la maleta que Hyukjae le había pedido, ir al estudio para sacarse las fotos y salir de allí no muy tarde porque le debía una cena a Jessica. Iba a tener que ducharse. Se mordió el labio, recordando los dedos de Hyukjae dentro de su trasero.

Echó la cabeza hacia atrás, y luego los hombros y después la espalda. Estiró las piernas y se acomodó hasta quedar tumbado sobre la escalera. Había cosas buenas en estar siempre solo en cada.

Cogió aire y miró la pantalla. Llevaban un buen rato en silencio, pero Kyuhyun no había colgado y él tampoco. Parpadeó lentamente.

—¿Estás libre este finde?

—Solo el sábado por la mañana.

—A las nueve —afirmó.

—Paso a por ti —añadió Kyuhyun. Donghae pudo verle sonreír en su cabeza y eso le hizo subir de nuevo sus comisuras. A veces hacía las cosas bien, ¿no?

Se mantuvo cómodamente tirado durante casi dos horas, hablando sin parar con su mejor amigo sobre lo que podrían hacer un sábado por la mañana. Hablaron de juegos, de tiendas, de comerse un helado e ir a un restaurante que, por supuesto, Kyuhyun insistió en que iba a pagar él. Hablaron de ir a comprar ropa para el nuevo espectáculo de la cafetería donde Kyuhyun trabajaba, uno sobre surferos sin camiseta. Obviamente, el protagonista, el cantante, el chico que suspiraba desde el otro lado, se negaba a desnudar la parte superior de su torso. ¡Siquiera lo hacía cuando iban a la piscina! Llegaron a la conclusión de que se iba a poner la camisa Hawaiana que Donghae le había regalado dos años atrás.

Inefable [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora