Donghae se quedó mirando durante tanto tiempo la pantalla del portátil que ésta se bloqueó. Se vio a sí mismo haciendo una mueca con los labios. A sí mismo, con una camiseta de tirantes de Hyukjae y el pelo echado hacia atrás gracias a una cinta de Sora. A sí mismo con ganas de acurrucarse en el sofá con Hyukjae mientras veían un capítulo repetido de alguna serie americana.
Pero no podía hacerlo. Si bien se encontraba sentado en la mesa del salón y no necesitaba tener todos los documentos hasta el día siguiente, sabía que se iba a sentir mal dejándolo para última hora. Se había dicho a sí mismo que iba a terminarlo antes de comer y que luego podría hacer lo que quisiera. Sabía que era capaz de ello.
O al menos eso había creído antes de quedarse tan en blanco como el documento de Word. Movió los dedos por el panel táctil hasta que la pantalla se encendió y miró la plantilla para currículums que se había descargado de Internet. Todo parecía bastante claro, cada punto, cada indicación, cada hueco vacío. El único problema era que él no tenía nada con lo que rellenarlos.
Se acunó la barbilla con una mano, mientras escribía perezosamente su nombre, apellido y fecha de nacimiento. Luego soltó aire por la nariz. ¿Qué estudios debía poner si no había terminado la universidad? ¿Debía incluir que no tenía experiencia laboral o simplemente saltarse ese punto? ¿Qué habilidades y virtudes debía destacar? Siquiera sabía todavía para qué trabajo estaba optando. Solo recordaba a Hyukjae pidiéndole el currículum horas atrás y a sí mismo contestando avergonzado que no tenía ninguno.
—Tienes veintiún años, idiota —había sido su respuesta, antes de entregarle el portátil y bajarse a trabajar. Sin olvidarse, antes, de darle un tierno beso en la frente.
Donghae ya lo sabía, pero lo que más le frustraba era pensar que había estado años estudiando empresariales, que había tenido la obligación de hacerse un currículum en algún momento y había suspendido por no saber cómo. Por eso y porque la dichosa profesora Shim se había negado a explicárselo. En ese momento no era diferente. Dudaba mucho de su capacidad para terminarlo adecuadamente.
Se frotó el puente de la nariz. Todo eso le había dejado una cosa muy clara. No iba a volver. No se iba a matricular de nuevo en la universidad, no iba a estudiar empresariales nunca más, no iba a permitir que esa profesora de pacotilla rebajara su autoestima otra vez. Pensaba dejar sus estudios y trabajar.
Así que debía enfrentarse a su madre antes de que el curso comenzara para no tener más problemas de los que seguramente ya estaba teniendo. Aunque ¿cómo iba a saberlo exactamente? Nadie, ni siquiera Lily, intentaba ponerse en contacto con él desde hacía casi un mes.
Miró a Aguafiestas por el rabillo del ojo. El pequeño tiburón le devolvió la mirada con el único ojo que apuntaba hacia él y Donghae sonrió.
—¿Es normal que me importe menos de lo que debería? —le preguntó. Y pese a saber que el peluche no iba a contestarle, en su cabeza obtuvo la respuesta— Supongo que haberla mandado a la mierda mentalmente me sentó bien, ¿verdad, Aguafiestas?
Suspiró, sintiendo de repente un grandísimo alivio, una liberación tan enorme que casi se olvidó de lo que debía hacer. Casi, hasta que la puerta de entrada se cerró y oyó a Hyukjae mascullar algo sobre niños malcriados.
Soltó una risita y miró la pantalla de nuevo. Se encogió de hombros. Tenía sus datos personales, ¿no? De momento era suficiente para permitirle un pequeño descanso. Tomó a Aguafiestas entre sus brazos, se levantó y corrió descalzo hasta estar frente al vestíbulo.
Saltó delante de Hyukjae justo cuando éste pisaba el umbral que llevaba al salón.
—¡Hola! ¿Qué haces aquí tan pronto?
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Inefable [EunHae +18]
FanfictionHyukjae es fotógrafo y sarcástico a tiempo completo. Donghae estudia para heredar la empresa de su padre. No se odian. No se quieren. No hay palabras para describir lo que sienten. Sencillamente inefable. ▶Queda prohibida la copia total o parcial de...