Donghae tragó saliva. Con las dos manos sobre el volante y la suela de la zapatilla acariciando el acelerador, miró al hombre de frondoso bigote que lo observaba desde la derecha. Vio cómo éste le decía algo en inglés, pero estaba tan nervioso que solo oyó la voz de su novio en los asientos traseros.
—Arranca.
—Vale —asintió.
Tomo aire, giró la llave y oyó que el motor se ponía en marcha. Todo su cuerpo se estremeció nervioso mientras comprobaba los espejos.
Hacía un mes, después de teñirse de rubio otra vez, lo había decidido. Veintidós años era una buena edad para aprender a conducir. Y él había tenido el mejor profesor del mundo.
Avanzó con esos recuerdos en la cabeza y las traducciones que su novio le narraba desde la espalda siendo lo único que escuchaba. Su corazón latía al ritmo de los "puedes hacerlo", "confía en ti", "hasta un corderito idiota puede conducir" que le había dicho al empezar. Su cerebro estaba centrado en los gritos "en primera, idiota", "no me jodas, Donghae, ¿te has saltado un stop?", "Eso, ve más despacio, a ver si nos adelanta una anciana". Habían discutido tantas veces.
Y lo habían solucionado tan intensamente.
Hyukjae era un profesor bastante exigente, estricto y realmente odioso, pero gracias a eso él sabía exactamente cómo hacerlo. Y además era feliz porque el examen teórico lo había aprobado a la primera, él solo y sin ayuda de nadie mientras su novio tenía reuniones con los abogados de su familia. Ya tenían la herencia de la abuela Maery, y solo la habían usado para comprar un coche y ayudar un poco a Deb. Querían gastar bien el dinero. Tenían muchos sitios a los que viajar y muchas fotos que sacar antes de empezar a trabajar para Yesung.
Lo que más le costaba a Donghae era aparcar. Tenía que ir marcha atrás y meterlo entre otros dos coches. Sabía que podía, lo había hecho muchas veces con Hyukjae, estaba seguro de que iba a conseguirlo. Y no necesitó nada más que cruzar su mirada con la de él en el espejo retrovisor para aumentar su confianza en un cien por cien.
Tomó aire, apretó el volante y comenzó la acción decisiva para aprobar y sacarse el carnet o suspender y tener que repetirlo.
Lo hizo. Aparcó justo como tenía que hacerlo y soltó todo el aire que había contenido en sus pulmones mientras tanto. Giró la cabeza lentamente hacia el examinador, quien apuntaba cosas en una hoja y torcía los labios, pensativo.
—Okay —sonrió, mirándolo a través de sus gafas cuadradas—. Congratulations, Donghae.
—¿He aprobado? —preguntó en coreano, ante lo cual el hombre no supo que responder y miró sobre su hombro a Hyukjae. Después de que éste se lo tradujera, asintió y le tendió la mano— Thank you.
Donghae apretó agradecido la mano del hombre y se quitó el cinturón. Salió del coche con las piernas hechas gelatina. No se lo podía creer. No, sí que podía. Claro que podía. Había aprobado el examen de conducir a la primera. Tenía carnet. Enterró la cara entre ambas manos, tratado de no chillar.
Notó una mano en su cintura que le hizo dar media vuelta y alzó la mirada. Hyukjae sonreía.
Y Donghae chilló.
—¡He aprobado! —se lanzó sobre él en un abrazo. Hyukjae apretó los brazos a su alrededor— Gracias, lobito.
—Eres tú el que ha conducido, no me des las gracias a mí.
—Bueno —se alejó para mirarlo—, si no me hubieras gritado tanto, no lo habría conseguido.
—A los idiotas hay que gritarles para que aprendan.
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Inefable [EunHae +18]
FanfictionHyukjae es fotógrafo y sarcástico a tiempo completo. Donghae estudia para heredar la empresa de su padre. No se odian. No se quieren. No hay palabras para describir lo que sienten. Sencillamente inefable. ▶Queda prohibida la copia total o parcial de...