Capítulo 28

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—¡Levanta, idiota!

Donghae pasó su pierna izquierda por encima de la delgada cintura y se pegó un poco más a él. Estaba prácticamente tumbado encima de Hyukjae, pero le daba igual porque quería dormir, porque era su primer miércoles libre desde hacía mucho tiempo y quería disfrutarlo durmiendo hasta la hora de comer. Ya tendrían toda la tarde para hacer fotos en la playa y volver a Seúl.

—Sé que estás despierto...

Un fuerte resoplido chocó contra la cima de su cabeza. Había dormido toda la noche encima de él y había despertado de golpe con Hyukjae sacudiendo su hombro para despertarlo. Le gustaba saber que no había sido apartado en ningún momento. Le gustaba no oír quejas sobre su posición. Así que se acurrucó un poco más en él.

—Estoy a punto de dormirme otra vez —aseguró en voz baja, con los ojos apretados.

—No, no lo estás. Levántate.

—No quiero.

—Tenemos que bajar a desayunar antes de irnos a la playa.

Donghae respondió con un lloriqueo antes de alzar perezosamente la cabeza. La sábana que tenía cubriendo su pelo siquiera se meneó ante la suavidad de sus movimientos. Cruzó los brazos encima del pecho de Hyukjae y alargó un puchero hacia esos ojos negros que lo miraban desde arriba.

—Podemos ir esta tarde.

—Tiene que ser ahora.

—Bueno, pero dame una hora más para dormir.

E inmediatamente cogió la sábana con ambas manos y se cubrió completamente, hundiendo su rostro en la camiseta ajena. El aroma de Hyukjae llenó sus fosas nasales. Su forma de respirar le dejó saber que lo había puesto nervioso y los desenfrenados latidos que notaba bajo su oreja terminaron de confirmárselo. Rió sin disimulo.

Aunque Hyukjae no dijo nada al respecto, una de sus manos aterrizó sobre su espalda y comenzó a bajar. Lentamente. Un camino delicado por su columna, entre sus omóplatos, la sensible zona que le causó escalofríos por todo el cuerpo. Abajo y más abajo. Hasta el borde de la camiseta que no levantó y la cintura de los pantalones que sobrepasó. La línea de su trasero. Abarcó una de sus nalgas con la mano totalmente abierta y se la apretó.

—¿Llevas mis pantalones? —preguntó, acariciándole el trasero hasta repetir el gesto con la otra nalga. Donghae se limitó a asentir como respuesta— Déjame ver cómo te quedan.

La impresión fue tal que Donghae realmente creyó haber escuchado mal. Se destapó la cabeza para poder mirarlo y boqueó.

—¿Qué?

—Quiero ver cómo te quedan —repitió, y Donghae tardó varios segundos en entender que era real. Que Hyukjae no le estaba reprochando que llevase su ropa, sino todo lo contrario.

Abrió una sonrisa de oreja a oreja. No pensaba desaprovechar una oportunidad como esa. Tiró la sábana lejos de ellos, dejando que se enrollara sobre sí misma en una de las esquinas, y bajó de la cama con un par de movimientos rápidos. Abrió los brazos en cruz en cuanto sus pies desnudos tocaron el suelo, centrando su mirada en el chico que lo observaba desde la cama.

Dio una vuelta completa en el sitio y se llevó las manos a la cadera. Los pantalones eran tan anchos que podían caber los dos si se lo proponían y tanto sus bien formados muslos como su redondo trasero quedaban ocultos bajo la tela. Pero se los había puesto para dormir y estar cómodo, así que no esperaba lucir sexi en ellos.

Aun así, se dejó sonreír de lado mientras Hyukjae se sentaba en el borde del colchón.

—¿Soy digno de llevar tu ropa, lobo solitario?

Inefable [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora