Inefable [EunHae +18]

Decisión

16 de julio (3 meses antes)

Hyukjae metió las manos en los bolsillos del traje y se paseó por la sala de baile mientras la gente bailaba al son de Shape of you. Pensar en Ed Sheeran siempre le llevaba a su corderito y a lo mucho que lo echaba de menos. Poder viajar hasta Australia estaba siendo genial, pero quería matar a Jongwoon por no haberle dado esos días libres para que fuera con él. Se lo habrían pasado fenomenal. Donghae habría ayudado a Sora con la boda, a él con las fotografías y habría bailado con los niños hasta cansarse. Y el día 18, habrían dado un paseo por la playa y habrían hecho el amor toda la noche en la habitación de hotel antes de volver a Seúl.

Pero no, estaba allí solo, esperando que aquello terminara para poder hablar con él por Skype.

Suspiró y anduvo hasta su hermana. Sora se encontraba sentada en una mesa, devorando unos palitos de queso con hambre, y le sonrió con la boca llena al verlo llegar.

—Luego te quejas si no te vienen los pantalones —se burló, dejándose caer a su lado.

—¿No quieres probarlos? Están buenísimos.

—No me apetecen —negó.

Agarró la cámara que llevaba colgada del cuello y la levantó hasta su rostro para sacar un par de fotos de la familia pasándolo bien, aunque era ya muy tarde y estaban todos bastante idos. Era ridículo cómo hasta los más refinados terminaban borrachos y despeinados en las bodas. Refinados como su madre. ¿Cómo actuaría su madre en una boda? Nunca había acudido a ninguna con ella, al menos no que pudiera recordar. La sola imagen de esa mujer bailando le causaba escalofríos.

Decidió aceptar un palito de queso y comerlo mientras revisaba las fotos. Sí que estaban buenísimos. Cogió otro y otro y otro más, y, cuando se quiso dar cuenta, le había quitado el plato a Sora y se los estaba comiendo todos él solo.

—Tengo que decirle a Donghae que compre —murmuró con la boca llena.

Oyó una risita y miró a su lado. La tonta de su hermana tenía esa curva en los labios que nunca significaba nada bueno. A veces echaba de menos los momentos en los que no la soportaba.

—¿Y bien?

—¿Y bien qué? —se sirvió un vaso de agua y tragó. Como ella solo arqueó las cejas, frunció el ceño— ¿Vas a hablar o tengo que leerte el pensamiento?

—Oh, vamos. Lleváis siete años juntos. No me digas que no lo has pensado.

—Sé más específica.

—Boda —dijo, escueta y directa—. ¿No has pensado en pedirle matrimonio?

El corazón de Hyukjae se detuvo por un momento y sintió que todos los palitos de queso subían desde su estómago por su garganta por la impresión. La miró con los ojos abiertos de par en par. ¿Él? ¿Pedirle matrimonio a Donghae?

¿ÉL?

—No —sacudió la cabeza—. No, ni hablar. Es decir... yo... él... No. No —se metió un puñado de palitos en la boca—. Pídeselo tú a tu estúpido novio.

—Solo llevamos unos meses juntos, aunque nos va bastante bien... Pero estamos hablando de ti —lo señaló—. No me digas que no quieres pasar el resto de tu vida con Hae.

Hyukjae masticó sin decir nada porque era incapaz de pronunciar palabras con la boca llena, pero su expresión debió de ser suficiente para Sora. Claro que quería. Ese idiota lo tenía comiendo de la palma de su mano. No había día que no pensara en él y en las ganas que tenía de abrazarlo, estuvieran a miles de kilómetros de distancia o en la esquina opuesta del sofá. Pero pedirle matrimonio era algo completamente diferente. Si todavía sufría para responderle los "te quiero" y los "te amo".