Capítulo 39

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Hyukjae se recostó en el respaldo de aquel sofá tan grande mientras la inquilina daba vueltas por el salón como un perro enjaulado. Le dio un sorbo a su leche de fresa con parsimonia. No es que no le exaltara que tuvieran una boda al día siguiente y ella todavía no hubiese encontrado unos zapatos adecuados para su traje, sino que le importaba menos que nada.

Ladeó la cabeza en un intento de ver el capítulo de House que estaban echando en la televisión, pero Sora se paró justo delante de la pantalla y se pasó las dos manos por el pelo. Iba en pijama, en uno de verano con el dibujo de una niña en la camiseta de tirantes. Hyukjae llevaba poco más que unos pantalones de chándal y las muy obvias marcas de arañazos que ese idiota le había dejado en el pecho la noche anterior.

«Martes, 13 de julio», figuraba en el calendario que su hermana tenía colgando de la pared. El tiempo pasaba tan rápido que ya casi no podía recordar cómo había decidido seguir los consejos de Jisung. Ya casi se le había olvidado lo que era sentirse irritado por todo.

Era extraño no estar constantemente tenso, pero le gustaba. Aunque no tanto como pensar en su adolorido corderito paseando lentamente por el centro comercial. Que disfrutase de su día con el perdedor. Si podía.

Se terminó el paquete de leche de fresa con satisfacción. Entonces Sora soltó un gruñido y decidió que debía prestarle al menos cinco minutos de su atención. Solo porque estaba de buen humor.

—Nadie se va a fijar en ti —dijo por fin—. A la gente le importa una mierda cómo vaya vestida la organizadora.

—¡Tengo que ir decente, Hyuk!

—Mientras no vayas en pijama —se encogió de hombros.

Ella hizo una amago de sonrisa, pero volvió a su seriedad casi rabiosa al instante. Anduvo hasta él y se sentó a su lado, cruzada de brazos, tensa como un alambre. Lo miró fijamente.

—¿Acaso no recuerdas cómo tuvimos que ir a la boda de Manhattan? Esta es casi del mismo calibre. Tú tienes que ponerte un traje que no huela ni a alcohol ni a tabaco y yo... ¡yo necesito unos zapatos nuevos!

Hyukjae puso los ojos en blanco. Claro que recordaba la boda de Manhattan. Desde que había llegado muriéndose por la resaca hasta que había vuelto rabiando por su cámara echa pedazos. Desde que había visto por primera vez a ese idiota.

Se mordió el labio.

Sora se levantó de nuevo, retomando sus vueltas y sus murmullos ansiosos. La dejó ser con tranquilidad. Ya se cansaría.

Dejó el paquete vacío sobre la mesita y cruzó las piernas, sacando su teléfono móvil en cuanto lo notó vibrar contra su muslo. Tenía un nuevo mensaje de "corderito".

¿En qué momento había dejado que Donghae lo convenciera para cambiarle el nombre? Todo era culpa de esos labios finos y esos ojazos marrones y esa estúpida voz y, joder, de esa sonrisa. ¿Es que acaso no podía dejar de ser bonito ni un segundo?

Abrió el mensaje con el entrecejo fruncido.

"¿Qué estás haciendo? Kyu no viene hasta dentro de una hora y me aburro mucho"

No, no podía.

Echó un vistazo a Sora y suspiró.

"Nada interesante"

"Genial. Vamos a aburrirnos juntos ^^"

"Idiota", envió. Se pasó una mano por la cara, por la imparable sonrisa, por los ojos que se le iban directamente a la adorable foto de perfil.

Era una con Jessica, pero Hyukjae hizo lo mismo que cuando recibía fotos con el perdedor. Puso el pulgar sobre la chica y se fijó en la forzada sonrisa.

Inefable [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora