Capítulo 14

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Donghae empezó a darle golpecitos a su libreta con el borde del bolígrafo. Faltaban diez minutos para que el timbre sonara y las clases del miércoles terminaran por fin. Diez minutos para que Jessica supiera que era libre y lo acosara a llamadas como el día anterior. No es que no lo hiciera en ese momento, pero la chica también tenía clases, aunque fuesen en casa, y solo le mandaba un par de mensajes cada hora. Era más que irritante. Aunque no tanto como la tarde anterior.

Recordaba perfectamente haber estado disfrutando de un lascivo beso con Hyukjae contra el suelo de su estudio, con éste amasando sus glúteos y sus dedos tirando del pelo negro, cuando su móvil había empezado a gritar. Lo había ignorado todo lo posible, pero al final Hyukjae se había enfadado y le había obligado a contestar. Después de quedar con ella en que llevaría una camisa blanca y pantalones azul oscuro, el fotógrafo le había hecho ponerse de nuevo el traje rojo. La verdad es que habían hecho muchas fotos pero no las suficientes. Hyukjae quería una sesión al aire libre.

Así que ahí estaba, deseando ralentizar el reloj con una camisa tan pálida como la leche, unos pantalones que odiaba sobremanera porque le quedaban planos, rectos y eran largos hasta cubrir las zapatillas. Donghwa y él no tenían el mismo gusto para la moda. Al menos Kyuhyun había sabido ayudarle a doblar los bajos en la hora del almuerzo.

El timbre sonó, sacándolo de sus recuerdos. Chasqueó la lengua y maldijo en voz baja. Debía de ser la única persona en toda la universidad que no tenía ganas de salir de allí.

Con unas ganas que rozaban el movimiento por segundo, recogió sus cosas, las guardó en la mochila y se la colgó de los hombros. Salió arrastrando los pies mientras el profesor le gritaba que, sino salía ya, lo encerraría allí. La tentación lo llamó, pero cruzó el umbral cabizbajo. Llegó lentamente hasta su zona de encuentro con Kyuhyun.

Su mejor amigo le pasó una mano por el pelo intentando animarle.

—Tampoco estás tan mal. Si a ti te quedaría bien hasta una bolsa de basura.

—Gracias —lo miró, con una débil sonrisa—, pero lo que me preocupa no es eso. Kyu, ¿y si no consigo deshacerme de ella esta tarde?

Se llevó ambas manos al pelo, una en cada lado, donde Jessica quería que lo raparan. Siquiera quiso pensar en el nada sutil detalle de una jota grabada en su coronilla. ¿Cómo iba a librarse otra vez de ella? No podía decirle que tenía otro trabajo de un día para otro.

—Ya se nos ocurrirá algo, eh. Tenemos tiempo para...

Kyuhyun se quedó callado de repente. Sus ojos pasaron a mirar, muy abiertos, hacia lo que Donghae tenía a su espalda: el aparcamiento de la universidad. Estaba pálido y masculló algo de forma bastante inentendible con los dientes apretados, como si no quisiera que alguien le leyera los labios.

Donghae, confuso, dio media vuelta. Jessica se le acercaba corriendo, con una falda azul marino, una blusa blanca y su pelo recogido en una trenza, que se sacudía de lado a lado con cada paso que daban sus blanquísimas zapatillas de tenis. ¿Qué diablos hacía allí?

En cuanto llegó a ellos, lo tomó de un brazo y tiró de él hacia abajo para poder unir sus labios en un beso. Donghae se limitó a contar hasta tres antes de alejarse y señalar rápidamente a Kyuhyun.

—Jessica, él es Kyuhyun. Kyu, ella es...

—Su novia —exclamó ella, estirando una mano simpáticamente hacia el menor. Kyuhyun la aceptó, conteniendo una risita— Encantada de conocerte. ¿Nos vamos, cariño?

Kyuhyun soltó una carcajada, que luego cubrió fingiendo que tosía. Donghae quiso golpearlo por burlarse, aunque tenía toda la razón. Aquello era ridículo.

Inefable [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora