20.

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Un sonido agudo y persistente me despertó, miré para todos lados buscando la fuente del ruido, asustada pensando que quizás era mi mente devuelta. Abrí más los ojos para aclarar mi visión y descubrí que era el celular de Lena, sobre una mesa más allá, lejos de nosotras. Habíamos dormido en el sofá y aunque no lo pareciera era bastante cómodo, sin embargo no quitó que me sintiera un poco fuera de lugar estar semi desnuda sobre el. Mis pensamientos se fueron cuando sentí a Lena moverse y despertarse segundos después. Se había quedado dormida sobre mí, con una paz que no pude ni quería romper. Pero ahora ella estaba con el ceño fruncido tratando de buscar la fuente del ruido al mismo tiempo que abría los ojos. Cuando se despabiló por completo su vista fue directamente hacia a mí.

-Hola, bella durmiente.

-Buen día. -movió su cabeza hasta mí para besarme. -Lo lamento, olvidé quitar la alarma.

Se levantó de arriba mío y fue a por el celular, una vez con el aparato desactivó la alarma y lo dejó en su lugar. Estaba en ropa interior y no pude ignorar lo que veía, así que no me molesté en mirar hacia otro lado. Cuando se giró para verme, alzó una ceja, seguramente mi mirada era la de una completa acosadora.

-¿Qué?

-No hagas eso.

-¿Hacer qué?

-Mirarme como si quisieras comerme.

-No estarías tan equivocada, Lena. -le dije entre risas. Ella rodó los ojos y se acercó hasta el sofá para buscar su ropa. Algo en mí se alteró al pensar en lo que ocurriría luego. ¿Esto sería todo? Ya había sabido lo que se sentía, quizás ya no quería nada. Ante la idea me levanté yo también y comencé a ponerme el traje que había dejado justo a mi lado. Hubo silencio durante todo el tiempo que nos vestimos. Ya solo me faltaba ponerme la capa, pero estaba siendo un trabajo molesto. Sentí a mis espaldas a Lena colocando la capa en su lugar, acomodándola debajo de mi pecho para luego besarme el cuello y retirarse. Acomodé mi ropa por completo y traté de que mi cabello estuviera un poco presentable, Lena se miraba en un pequeño espejo que estaba en frente de ella cuando hablé.

-Supongo que debo irme.

-Sí, quizás debas irte.-eso fue lo que necesitaba para saber que solo había sido algo de un rato. ¿Pasar la noche con un alienígena? Hecho, marcado en la lista de cosas por hacer de Lena Luthor. Me digné a ir hasta el balcón, sin necesidad de mirarla pero su brazo me agarró antes de llegar a la gran ventana. De un tirón estuvo frente a mí y me besó igual que la noche anterior pero esta vez con calma. -No vayas a perderte como sueles hacer porque necesito volver a besarte.

-Por Rao, volveré mil veces. -me reí y le di un pequeño beso. Tuvo que soltarme y traté de no mirar atrás antes de volar porque estaba segura de que al verla no me iría. Quizás no era algo de una simple noche.

Volé casi atontada con una sonrisa en el rostro y entré a mi casa dando trompicones en medio de la sala. Mi hermana estaba apoyada sobre la mesa del comedor con un café en la mano y una revista en la otra, levantó las cejas cuando me vió entrar.

-Alguien está un poco torpe hoy.

-Aleeeex. No sabía que estarías aquí aún, ¿no es un bello día?

-Kara, son las seis de la mañana. -miré confundida el reloj y me sorprendí.

-Oh, es temprano.

-¿En dónde estuviste toda la noche?

-¿Aquí... ?

-A menos que ahora puedas volverte invisible creo que no has aparecido desde que te ví en el DEO. -comenzó a caminar alrededor mío, dando pasos fuertes en el suelo.

Kriptonita Roja; Supercorp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora