Volar sobre National City por la noche es una de las mejores cosas que suelo hacer para despejar mi mente. Por unos momentos no dejo que las voces de tantas personas se enreden en mi cabeza, por unos minutos el brillo de las estrellas se nota más cerca y me permito ir más alto, sintiendo las pocas nubes restantes que quedan del día fundirse en la oscuridad. Es una sensación liberadora y me mantiene distendida cuando quiero parar de pensar tanto, me dejo llevar por el aire y de vez en cuando me dejo caer para que el viento golpee en mis mejillas.
Minutos más tarde estoy volviendo a la ciudad y las luces de la torre Luthor se intensifican mientras me acerco. Rodeo el edificio hasta que diviso el balcón de la oficina de Lena Luthor y a ella misma en él.
Sigo en el aire por lo que no me ha visto, así que no me demoro en hacer acto de presencia y me acerco a ella, dejando caer mi peso a unos metros. Rápidamente se gira hacia mí y su sonrisa se ensancha.
—¡Supergirl! No estaba segura de si vendrías, sé que fui una gran molestia para Kara pero tenía que hacer que vinieras.
Su cabeza se ladeó a un costado mientras hablaba, siempre manteniendo la sonrisa, gesto que encontré tierno.
—¿No creerás que Supergirl ignora los llamados de una damisela en apuros, o sí? —le espeté riendo. Cosa que al instante me arrepentí de decir, podía escuchar la voz de Alex en mi cabeza diciéndo «eso es lo más gay que pudiste haber dicho». Si bien no era posible sonrojarme estaba segura de que de ser así ahora estaría del color de un tomate.
De todos modos Lena no pareció notar nada malo en el comentario y no se percató de mi posible cara de asombro ante mis propias palabras, en cambio sonrió y sus ojos se quedaron contemplando el cielo nocturno.
—¿Cómo es?
—¿Qué cosa?
—Ser capaz de volar en noches como esta, la brisa está tan cálida —su mandíbula viéndola de perfil era aún más recta y llamativa, sus ojos volvieron a mí al instante.
—Es... Hermoso. Es como si pudieras olvidar cada pensamiento estando allá arriba, tan solo observando y...—mi voz se fue apagando y nos quedamos viendo por lo que habrán sigo unos minutos, no era incómodo en absoluto, era como si estuviéramos intentado descubrir los secretos de la otra con vernos a los ojos. —Podría mostrarte, si quieres.
Desvié la mirada al edificio de enfrente. Las ventanas reflejando el brillo de la luna parecían más interesantes que dejar que Lena Luthor viera mi nerviosismo asomar en mi semblante.
—¿Qué? Espera, espera... ¿lo dices en serio? —no escuchaba a alguien así de emocionado desde que deje a Winn confeccionar mi traje de superhéroe. Pero esta vez los ojos de Lena brillaban de entusiasmo y yo sonreí a modo de afirmación, estirando una mano en su dirección. Me miró con cierta vacilación antes de acercarse y yo la alenté a que la tomara.
—¿Segura que no es un plan para dejarme caer, no? —hizo una mueca y casi sonaba un poco preocupada.
—Oh, vamos. Una super y una Luthor volando, ¿qué podría pasar? ¿Confías en mí?
Mi sonrisa contagió la suya y pude sentir la calidez de su mano apenas tocó la mía, era una sensación extraña, pero no rara. Tomé algo de impulso y en el mismo instante en el que emprendí vuelo aseguré mi brazo por sobre su cintura haciendo que nos elevaramos. Al segundo un grito escapó de sus labios.
—¡Estamos volando!
Su risa parecía la de una niña a medida que pasabamos los edificios, la brisa seguía igual de perfecta y supe que ella también la estaba disfrutando porque dejó que sus ojos se cerraran.
—Si lo imaginas, es casi como flotar —murmuré sin necesidad de levantar la voz ya que su oído estaba casi pegado al mío. Advertí su colonia olor a jazmín que se mezclaba con el viento, la sustancia era adictiva por algún motivo.
Ví la bahía unos metros más adelante y bajé, volando sobre el agua que desprendía un aire cálido. Lena no dudó en dejar caer sus brazos para tocar la superficie y rió cuando sintió la vibración del agua sobre la yema de sus dedos.
Seguí mostrándole la ciudad, dejándola relajarse y su corazón se desbocó cuando deje que cayeramos en picada.
—Dios mío, casi me matas de un infarto... —casi podía sentir su respiración agitada cerca de mi cuello, lo cual ignoré. Por el rabillo del ojo ví que en sus mejillas se marcaban hoyuelos, señal de que no había sido una tan mala experiencia.
—No lo volveré a hacer —le sonreí de buen humor. Minutos más tarde volvíamos a su balcón y tardó un poco en recobrar la compostura. Dejé que se tomara su tiempo mirándola con diversión, mi sonrisa era plena. Era emocionante ver cuando alguien experimentaba tanta felicidad. Me permití tener el crédito por ello.
—Definitivamente... Eso ha sido... una de las mejores cosas que viví en mi vida... —de a poco recuperaba el aliento—. Ha sido fantástico. ¿Cómo eres capaz de hacer eso siempre que quieras?
Su sonrisa era grande y pura.
—No fue nada, Lena. Solo te enseñé la ciudad desde otra perspectiva.
Suspiró, con una mueca apareciendo en su rostro.
—Supergirl... El motivo por el que quería que vinieras no era este, no creas que quise aprovecharme de ti y de tu bondad. Solo por si acaso... Aunque fue increíble —lo último sonó algo gracioso y contuve otra sonrisa, cruzando los brazos.
—Lo sé, ya puedes decirme.
—Tal vez esto te suene raro, ilógico o... Extraño pero... Supergirl, quiero que tengas una cena conmigo.
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Kriptonita Roja; Supercorp.
FanfictionKara Danvers ha ayudado a todo el que necesite una mano, ha llegado a lo imposible para proteger a todos sin esperar nada a cambio pero un día descubre que algo dentro de ella se está transformando. Su única salvación se encuentra dónde menos se lo...