22.

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Habían pasado tres días desde que fui a su oficina y Lena me pidió que finja ser su novia. Tres días en los que cada noche iba a verla solo para tener un rato de su presencia, me hacía sentir un poco más normal esa pequeña rutina. No había mostrado ningún síntoma ni cambio en mi personalidad o actitud y agradecía por ello pero sabía que seguía ahí. Tenía miedo de que me afectara en cualquier momento y esta vez hiciera algo que no debía. 

Mi departamento permanecía en silencio, mi hermana seguramente estaba trabajando en el DEO y para mi suerte aún no habían descubierto nada nuevo con respecto a mis análisis. Iba a tomar un sorbo del chocolate que había preparado cuando escuché unos golpes en la puerta, me apresuré a abrir la puerta y me encontré a una sonriente Lena del otro lado. Tuve que detener el impulso de besarla, olvidaba que no era Supergirl ahora, sino Kara. 

—¡Lena! Ven, entra. —dió un paso para acercarse a mí y besarme en la mejilla y luego caminó dentro. 

—No me había dado cuenta de lo grande que era este lugar. 

—Bueno... No tanto, lo veo muy normal. 

—Está bien, me gusta. Algún día te mostraré mi casa. —se sentó despreocupadamente en el sofá. No había pensando mucho en su casa, para ser sincera, no es como si creyera que viviera en su empresa... Pero no me había imaginado a Lena haciendo cosas simples como desayunar o hacer la lavandería. Sonreí al pensar en eso, Lena Luthor tenía tantos misterios que quería descubrir. 

—Hice chocolate, ¿quieres?

—¿Por qué no me has dado aún? —le hice una mueca y fuí a buscarle una taza. 

—Quizás querías alguna bebida exótica. 

—¿Exótica?

—No cuento con chocolate importado aquí de todos modos, Lena. Así que no te pongas pretenciosa. —fingió enojo pero luego se rió. Le alcancé la bebida y me senté a su lado. 

—Soy tan común como todos, Kara. —dió un sorbo y se lamió los labios pero quedaron restos sobre su labio superior. Le señalé el chocolate que tenía pero como no encontraba el lugar que le indicaba estiré mi mano y le limpié con un dedo delicadamente. Me miró con atención mientras lo hacía, al terminar quité la mano rápidamente, mirando para otro lado para evadir sus ojos. 

—Entonces, ¿qué haremos hoy? —dije para cambiar de tema. 

—Iremos a almorzar.

—Supongo que habrán varios fotógrafos...

—Eso creo, alguien ha pasado el rumor.

—Alguien. —suspiré y bebí de mi taza. 

—Espero compensartelo, Kara. 

—Me alegro con solo ayudar. 

—¿Por qué lo haces? No era necesario si no quieres, digo, aún estás a tiempo para echarte atrás. 

—Cállate Lena. —le sonreí y agaché la cabeza, intentado buscar una razón que creyera. —No lo sé, me hace sentir útil ser de ayuda.

—Y lo eres, mucho. 

—Ya... En fin, ¿has visto a Supergirl?

—La he visto anoche. —una sonrisa se dibujó en sus labios. —Intentamos ser cuidadosas pero tan pronto como se va la extraño. 

Un hormigueo recorrió mi estómago y tragué para que no se notara mi reacción. 

—Y... ¿está todo bien entre ustedes entonces? 

—Pues sí, ¿por qué preguntas?

—Oh, sólo curiosidad. —bebió nuevamente y se levantó del sofá dejando la taza en la mesa. 

Kriptonita Roja; Supercorp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora