35.

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—¿Lena? —una mueca se instaló en sus labios, parecía determinada a no hablar, solo me miraba. Después de haber estado con ella tanto tiempo ahora la sentía demasiado lejos. —Por favor, háblame 

No hizo caso a mis palabras y caminó hasta la pequeña barra donde se llenó un vaso con agua. De espaldas a mí, varios segundos después finalmente habló. 

—¿Cuál es tu problema?

—¿Mí problema?—cuando se dió la vuelta su mandíbula estaba recta. 

—No tienes derecho a hacer lo que hiciste esta mañana. Es Kara de quién se trata. 

Ahora estaba sin habla. ¿Lena había estado tan malhumorada de golpe por mí? ¿Se había enojado porque yo había salido casi lastimada? La actitud que había tenido después del incidente en el restaurante era de pura molestia y me costaba relacionarla con ella preocupándose por mí. 

—¿Por qué estás tan segura de que fui yo?—vi como se desequilibró un instante pero recuperó la compostura.

—Supongo que estabas celosa.

—¿Celosa de ti y Kara?

—Claramente.—parecía estar intentando convencerse a ella misma, estaba segura de que ni siguiera sabía con certeza porqué estaba enojada conmigo ahora. Se cruzó de brazos y yo froté mis ojos. 

—No sé qué te sucede Lena, pero tú no eres así. ¿Desde cuando desconfías de mí?

—Fue a ti a quien ví derribar a Kara en apenas un segundo, podrías haberla matado. Sé que tienes problemas Supergirl, sé que te he dicho que te ayudaría a resolverlos pero si le has hecho eso a alguien que siempre estuvo para ti como Kara, alguien tan amable como ella... Si no pudiste contenerte siquiera por Kara... No me imagino los desastres que puedas llegar a hacer.

Todo en mi mente estaba en blanco, lo único que había dentro de mi cabeza eran sus palabras. Eran como puñales. ¿Cómo podía ella perder la fé en mí? Ni siquiera dudó si era yo quien había visto esta mañana. Ni un instante. 

Bajé la mirada porque no podía verla y un instante después sentí dejarme caer al suelo, fue un movimiento suave pero terminé sentada en el piso con el escritorio detrás de mí, rozandome la espalda. Me quedé viendo las líneas de mis manos y la voz que ahora usé no se parecía en nada a lo que solía ser la mía. 

—Si te hubieras detenido a pensar al menos un instante, si tan solo me quisieras lo suficiente como para recordar quién soy, hubieras sabido sin dudarlo que nunca lastimaría a Kara. —junté mis piernas y rasqué la dura tela sobre mi rodilla. —Porque yo no estuve ahí, porqué ahora parece haber un doble de mí rondando por las calles. 

Al mirar a Lena ví el desconcierto que sus ojos desprendían, la confusión que estaba sintiendo. Sin embargo yo no tenía tiempo para sentirme así. Lena era la única persona que me podía hacer sentir de tantas maneras y ahora descubría que no confiaba en mí. Sabía que no tenía ni idea que decir así que yo continué, sintiendo una cálida lágrima que me bajaba por la mejilla, con un esfuerzo de otro planeta la miré a los ojos. 

—Si hubiera sido tan importante para ti como pensaba que era no habrías corrido a besar a tu ex. La besaste de la misma manera que me besas a mí y para eso no hay dobles, Lena. —reí irónicamente.—¿Acaso te resulta divertido jugar con el corazón de alguien?

No sé de dónde saqué la voluntad para decirle todas esas cosas pero en ese momento me quebré, mí voz también lo hizo, ya no podía decir más nada porque me sentía abrumada. Sentía el piso tan helado y me sentía tan desprotegida cuando comencé a llorar en frente de ella que tuve que tapar mi cara con las manos.

Kriptonita Roja; Supercorp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora