4.

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Me encontraba en lo que parecía una habitación muy iluminada, tanto que apenas podía ver. No llegaba a notar si habían puertas o ventanas, más bien lucía como un cuarto cerrado que irradiaba demasiada luz. Cuando trataba de caminar sentía que no estaba moviéndome, cuando intenté volar la misma sensación de pesadez que había tenido antes me lo impedía, y al intentar usar mi visión de calor mis ojos se cansaban sin lanzar calor alguno.

De repente un sonido agudo sonó en mi cabeza y escuché como una voz me sacudía.

—Kara hey, vamos, ¿estás ahí? Tranquila —al abrir los ojos lo primero que vi fue a mi hermana viéndome con preocupación. Su mirada se dirigió unos segundos al monitor al que estaba conectada—. ¿Te sientes bien? Has sido motivo de desespero para muchos aquí. 

Rió levantando las cejas y cambió de posición en su silla. Me di cuenta de que me encontraba en las instalaciones del DEO, en una de las camas de la enfermería.

—Casi no recuerdo qué sucedió... Sé que estaba en la oficina de Lena Luthor antes de que algo me hiciera perder el conocimiento —me sentía más confundida de lo normal, estaba acostumbrada a ser algo despistada a veces pero esto se salía de lo común.

—Sí, montaste todo un drama, Kara. Estábamos escaleras abajo tratando de encontrarte cuando vimos a Lena Luthor correr hacia nosotros. Créeme que por un segundo dudé. Digamos que una Luthor gritando que Supergirl se había desmayado por arte de magia pues... Fuimos de inmediato y estabas ahí con la boca abierta e inconciente. 

Rodé mis ojos ante el comentario y los cerré tratando de ubicar mis pensamientos.

Alex estaba un poco -bastante- más distendida y alegre desde la llegada de Maggie a su vida. Había sido una etapa complicada la de resolver sus sentimientos por ella pero me alegré de que finalmente lo hiciera. Era solo mencionar el nombre de su novia y sus ojos brillaban. Era tierno hasta un punto verlas, luego recordaba mi vida amorosa y la poca duración que tenían mis relaciones y me resignaba a suspirar y verlas ser felices. 

—Sin embargo, Kara, hay algo que deberías saber —su tono había cambiado a uno serio y junto a ella tenía un recipiente grisáceo, me incorporé en la cama sobre mis codos—.  No quiero que te preocupes pero encontramos esto incrustado en tu abdomen. 

Me extendió el recipiente casi vacío, salvo por un pequeño objeto alargado y de no más de un centímetro y medio de ancho. No demoré en darme cuenta que era de la misma apariencia que las espinas del... ¿robot? en el edificio Luthor. Era igual en tamaño y color, con la excepción de que en la punta no estaba el color amarillento y rojo que había visto. 

—¿Tienes idea de qué es? ¿Lo sentiste cuando te tocó? 

Su voz me devolvió a la realidad y negué con la cabeza. 

—Pero sí se qué es, o más o menos —le conté todo lo que recordaba desde que llegué al lugar y al terminar ella asintió—.  No sé en qué momento esto me tocó pero no lo noté. ¿Crees que fue la razón por la que me desmayé?

—No sabría decirtelo con total seguridad, Kara, pero hemos hecho todos los estudios posibles para tratar de descubrir la razón y sin éxito. Debo añadir que no encontramos nada malo y esa es la buena noticia —sonrió y volvió a adoptar su buen humor—. Podrás irte en unas horas, pero ahora debes descansar un poco más.

Intentó sonar severa pero era difícil cuando intentaba reprimir una sonrisa. 

—Ya... Está bien, deja de torturarme. 

Me guiñó un ojo y se levantó para dejarme descansar. 

Transcurrió una semana agitante pero no por los alienígenas que cada varias horas hacían algún desastre en la ciudad, sino por las horas de trabajo que tenía en CatCo. Debía reescribir una de mis entrevistas. Al director le parecía poco ortodoxo mi forma de hacer las cosas. "Más punto de vista de periodista y menos del tuyo, a nadie le interesa lo que creas." "No, escríbelo con más naturalidad." Y así eran sus reproches. La realidad era que estaba siendo algo difícil tratar de ser objetiva cuando los temas en cuestión me dejaban incrédula. 

Mi mirada estaba clavada en un reporte que había hecho hace unos días, repasaba las ideas principales, y trataba de transcribirlo en la computadora. Pero al instante sentí que alguien se acercaba a dónde me encontraba. 

Podría haber imaginado al mismísimo Rao entrar por la puerta y lo habría creído posible, pero no a ella, no a Lena Luthor.

—¡Kara! Que gusto volver a verte, ha pasado tanto tiempo —sus mejillas rápidamente formaron pequeños hoyuelos cuando sonrió, mostrando sus blancos dientes. Me saludo con un beso en la mejilla y volvió a hablar—. Lamento interrumpirte así, disculpa, pero sólo podía recurrir a ti. 

—Descuide, no estaba haciendo nada... Bueno, sí. Hacía algo, es solo que no era nada de otro mundo, como yo, nosotras... Quiero decir, sí somos de este mundo... —no sé por qué había dicho eso ni que fuerza lo había permitido pero ahora Lena me miraba con un aire divertido, ladeó la cabeza y habló.

—Hablando de otros mundos, necesito contactarme con Supergirl. Sé que la conoces, me lo han dicho por aquí. —miró sobre su hombro como señalando y ese pequeño giro marcó sus clavículas un poco más. 

—¿Supergirl? Umm, creo que puedo contactarla si así lo desea, claro —arrastré las palabras sin darme cuenta, dejando en evidencia mi curiosidad. 

—No te preocupes, solo necesito intercambiar unas palabras con ella. No te meteré en problemas. 

Sus hoyuelos volvieron a marcarse y lo verde de sus ojos hacían que parecieran los más vivos que había visto. 

Sabía que estaba quedando como una extraña demente mirándola así, pero las personas siempre me habían resultado curiosas. Había algo en ella que me hacía cuestionarme si era real. 

Bajé la cabeza para que mi sonrisa no fuera tan notoria, era algo molesto no controlar algo tan simple pero no tenía más remedio. Cuando me abrazó en señal de despedida no pude hacer más que devolverle el abrazo y mirarla otra vez. Estaba desconcertada ante el gesto. 

—Le haré saber cuanto antes, no hay problema, puede estar tranquila. 

—Ya nos hemos visto dos veces y me sigues tratando de usted, oh no —su risa se mezcló con un reproche, se encaminó a la salida y moviendo su mano en mi dirección añadió—. Adiós Kara, ten un buen día. 

Su visita había sido algo extraña, tal vez por su presencia, la confianza que no paraba de tener, o quizás la manera en que había cambiado el aire con su llegada. Pero lo que más intriga me causaba... ¿Cuál motivo sería la razón por la que Lena Luthor quería verme?

Kriptonita Roja; Supercorp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora