25.

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Me encontraba sentada en la cama de Lena mientras ella se había perdido en el clóset, el cual a decir verdad era bastante grande, tal vez lo único enorme y caro que se había permitido tener, pensé. Toqué el suave acolchado y me imaginé a Lena durmiendo aquí todos los días, y levantándose, con el cabello despeinado que tan bien le quedaba. Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Lena que me llamaba. Me acerqué y estiró el brazo entregándome varias prendas.

—Sostén esto... Esto también, pero no para que lo tires Supergirl. —Lena rodó los ojos riendo y volvió a meterse en el lío de ropa en el que estaba mientras yo llevaba lo que me había dado hasta la cama, un minuto después estaba junto a mí con más ropa en las manos que dejó al lado de lo demás. Colocó sus brazos en su cintura y me miró. 

—¿Qué?

—¿Te lo probarás o no?

—¿Aquí?

—Ni que no te haya visto antes. 

—Todavía me avergüenzas. 

—Oh vamos... bien, me daré la vuelta. Tú avísame.

Se giró dándome la espalda y yo la miré unos segundos antes de buscar lo primero que me pondría. Era simple e informal pero al olerlo noté el perfume de Lena impregnado así que me lo puse rápidamente. 

—Ya puedes ver.

La mirada de Lena me recorrió varios segundos hasta que miró mi cara y se acercó. Sus manos fueron a mi cabello y lo desordenó un poco, cambiandolo de posición. Yo estaba quieta pensando que en cualquier momento notaría algo de Kara en mí. 

—Eres... Hermosa. 

—Callate, Lena. —me incliné hasta su boca y la besé antes de volverme. —¿El siguiente? 

—Sí... Sí, claro. Prueba éste. —me señaló el próximo y se volvió a dar vuelta. Esta vez la parte superior era un medio vestido que se cerraba por atrás, era bastante normal pero ahora dudaba de pedirle ayuda a Lena. Había hecho lo mismo cuando me había ido a comprar ropa y se había metido en el vestuario. No tenía otra opción así que traté de sonar como si nada.

—Umm, ¿me ayudarías con esto? —se volvió a mí y yo le di la espalda. En un instante sus manos estaban en mi espalda, acariciando mi piel. Sus dedos tocaban desde la base de mi columna hasta mi nuca cuando se detuvieron, el pánico se apoderó de mí, tal vez recordaba como era la piel de Kara... Pero tan pronto como ocurrió sentí que subía el cierre y se alejaba. Respiré hondo y me di la vuelta. 

—Eso también te queda bien. —sonrió con admiración y yo le devolví la sonrisa. 

—Para ti todo me queda bien. 

—Sí, eso también es cierto. —me miró durante unos segundos con algo que no sabría describir y se giró una vez más. 

Estuvimos unos minutos más haciendo lo mismo. Yo probándome distintos tipos de ropa y ella analizandome, por supuesto que Lena creía que todo me quedaba a la perfección así que yo no podía decirle que me parecía horrible. Terminé con unos jeans negros y una camiseta blanca estampada puesta y me dejé tirarme en la cama, Lena se me unió al segundo. Yo miraba el techo pero sentía sus ojos sobre mí.

Kriptonita Roja; Supercorp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora