13. ¿Celos?

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Patricia llegó a la casa con una sonrisa en los labios, cuando entró en la sala iba tan sumida en sus pensamientos que no se percató de la presencia de su padre.

Ignacio: veo que Montalvo te tiene totalmente ida-Patricia reaccionó y lo vio con una sonrisa.

Patricia: perdona papá-se acercó y le dio un beso.

Ignacio: ¿Qué tal estuvo la cena?-la miró un poco serio.

Patricia: muy bien, la verdad no sé por qué Andrea le da tantas vueltas, son gente excelente-su padre sonrió-¿Tú también piensas lo mismo?

Ignacio: bueno cariño, tengo mis propias conclusiones sobre lo visto durante tantos años-se levantó del sofá-pero como veo que él te gusta no tendría por qué oponerme ¿no?

Patricia: la verdad es que me gusta, papá

Ignacio: considero necesario saber que intenciones contigo César...

Patricia: no sé papá, pronto volveré a la ciudad, quizá esto solo quede en una amistad-Ignacio escondió un poco la sonrisa.

Ignacio: me desagrada la idea de que te vallas, pero tampoco puedo obligarte a que te quedes

Patricia: prometo que si me voy, vendré más a menudo...-le dio un beso en la mejilla y se iba.

Ignacio: Patricia-esta se giró y lo miro-solo te pido una única cosa pero que es muy importante.

Patricia: dime...

Ignacio: a pesar de lo que ambos sientan el uno con el otro prométeme que te vas saber comportar a la altura, como lo señorita que eres.

Patricia: ¿Qué quieres decir?

Ignacio: Que esto no es la ciudad, aquí tienes a tu padre y me debes un respeto, nada de hacer tonterías.

Patricia: Tranquilo papá... Te quiero-le dio un beso-me voy a dormir-Buenas noches.

Ignacio: buenas noches hija.

Patricia dejó la sala y en su lugar entró Soledad.

Soledad: señor... ¿Podemos conversar?

Ignacio: claro Soledad, siéntate-ambos se sientan-Adelante-dijo invitándola a hablar.

Soledad: vera... usted sabe que yo siempre he sido muy discreta y que no me entrometo en absolutamente nada-Ignacio la miraba sorprendido por sus palabras-pero esas niñas son como mis hijas... y... yo... no me gusta que los Montalvo estén cerca de ellas...-miró al suelo tratando de ocultar la vergüenza que le daba hablarle a Ignacio de sus opiniones.

Ignacio: Soledad, no baje la mirada, es cierto que usted es como una madre para mis hijas, por lo que su opinión para mi es valiosa, no peca de indiscreta o metiche por ello-Soledad lo miró-En cuanto a lo que me dice no los puedo alejar de ellas... Sobre todo por qué en estos momentos parece ser que a Patricia le interesa César.

Soledad: ¿Cómo?-abrió la boca-No...-murmuró-pero usted sabe...

Ignacio: si se a lo que te refieres, pero ya han pasado muchos años de todo ese suceso ¿no crees?-Soledad afirmó-al fin y al cabo aunque suceda algo entre ellos, lo que pasó no va ser un problema para su posible relación, si es que se da.

Soledad: si don Ignacio, pero y si le hacen daño...

Ignacio: si algún Montalvo le hace daño a alguna de mis hijas seré el primero en alejarlos de ellas...

Soledad: gracias don Ignacio, con eso me quedo tranquila... solo quería expresarle mi desconfianza hacia ellos.

Ignacio: y es mutua querida Sole... pero si ellas los quieren cerca, concretamente en el caso de Patricia, yo no puedo hacer nada...

VUELVEME A QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora